Sol Julieta Muchewicz (14) fue coronada Campeona Provincial en la Categoría Damas del Campeonato Misionero de Jeep Country. Comenzó a correr en agosto del año pasado, y un año después se coronó campeona. Compite con damas de 30 y 40 años. El propósito inicial fue el de acompañar a su padre en las travesías y en los encuentros de vehículos 4×4 pero en 2018 su familia le preparó un jeep para que se sume a la competencia.
El Jeep Country es un deporte que cada vez va cosechando más adeptos en Misiones. Se corre en torno a los encuentros de vehículos 4×4 que se hacen en distintas localidades. De acuerdo al calendario que se armó, se efectúa una carrera al mes en distintos municipios. El lugar de cierre del campeonato es rotativo. Este año tocó cerrar el campeonato a la ciudad de Oberá. Y fue justamente en la Capital del Monte donde los espectadores vieron coronarse como campeona provincial a Sol, una amante del voleybol, que integra las filas del Club Atlético “El timbó”, de Jardín América.
Es algo que se lleva en la sangre. La familia Muchewicz es muy fierrera. Su abuelo, se desempeñaba como chapista y Ernesto, el papá de Sol, fue corredor del Rally Misionero y creador del Encuentro Internacional de Jeeps 4×4, en San Vicente, adonde llegó desde Buenos Aires con apenas cinco años. Desde muy chiquita, Sol acompañaba a su padre en las travesías por los montes y le pedía poder manejar. “Con diez años me acompañaba en las travesías y cuando había lugares con mucho barro o para cruzar un arroyo me pedía para manejar. Yo le daba y ella se arreglaba para no quedar empantanada”, contó Ernesto. Y así aprendió a disfrutar de este deporte que tiene mucho de extremo.
Las carreras de Jeep Country son muy particulares. No es un circuito muy largo, pero con muchos obstáculos. El piloto debe sortear extensiones de barro, charcos, barrancas empinadas y bajadas muy pronunciadas. El corredor debe manejar el vehículo para sortear cada uno de esos escollos que tiene el circuito, hacerlo de la mejor manera posible y en el menor tiempo posible para ganar a los otros competidores. El barro, el agua lodosa, las curvas pronunciadas y la adrenalina son los principales obstáculos que deben sortear los amantes de esta modalidad.
El año pasado, cuando se iba a realizar el encuentro de vehículos 4×4 en la Capital de la Madera, el padre de la jovencita y su tío Hernán, le ofrecieron armar un Jeep para que compita en la Categoría Damas del Jeep Country. Sin dudarlo ella aceptó el reto, y lo llevó adelante con mucho ímpetu y coraje. Así comenzó sus primeros pasos en este deporte que la llevó a ser campeona en la categoría Damas. “En agosto del año pasado fue mi primera carrera, y la concreté acá, en el circuito de San Vicente. Fue en el encuentro que organiza el AutoMotoKart. Como yo jugaba de local, me dio un poco de miedo y sentí como una mayor responsabilidad. La ventaja es que ya conocía el circuito porque siempre vamos a manejar y a practicar, a correr, y a pasar el tiempo con mi papá” contó, entusiasmada, quien cursa el segundo año de la Escuela Normal Nº 13, de San Vicente.
Pero esa primera experiencia fue fundamental para ella. Con tan corta edad tener que representar a su ciudad frente a muchos de sus amigos y, por supuesto, sus familiares, no fue tarea sencilla. “Estaba un poco nerviosa por ser la primera vez que competía. No era lo mismo que salir a practicar o a pasar el rato. Pero cuando me coloqué en línea recta hacia la largada, la adrenalina me superó y todo pasó. Corrí como si estuviera practicando. Fue muy emocionante. Cuando llegué y bajé del Jeep y todos me felicitaban, entendí que había hecho un buen tiempo”, recordó Sol, que lleva corridas nueve carreras de las cuales ganó cinco. En las otras cuatro estuvo en el podio con el segundo y tercer lugar.
Es fanática de los Jeep´s 4×4, pero está “enamorada” del voleybol. “Me encanta correr con el Jeep. Me gusta sentir la adrenalina cuando estoy arriba y corro una competencia. Es algo que me gusta hacer porque lo hago con mi familia y ellos disfrutan junto conmigo. Pero lo que más me gusta, me encanta, es jugar al voleybol. Estoy jugando con “El timbó”, donde juego y practico una o dos veces a la semana. Entro a una cancha y me siento feliz. Me gustaría ser una jugadora profesional”, admitió.