“Las huertas verticales son una gran alternativa a la falta de espacio”, destacó René Castro, técnico del ProHuerta, un programa del Ministerio de Salud y Desarrollo de la Nación y el INTA. Esta tecnología es clave para aprovechar las paredes soleadas y cultivar hortalizas, aromáticas y frutos.
Castro detalló que, con la base de esta forma de siembra, pueden cultivarse diversas verduras de hoja como lechuga, perejil, rúcula y aromáticas (tomillo, menta, ciboulette, orégano, salvia y melisa). También se adaptan especies medicinales y ornamentales y las frutillas.
La técnica vertical, explicó el técnico que trabaja en la Agencia Avellaneda del INTA, necesita que se utilice un buen sustrato, mezcla de tierra en la que se sembrará o se plantará. Debe contener nutrientes realizados con mezcla de tierra, compost y arena para que sea liviano.
Esta alternativa facilita la producción propia de alimentos en espacios urbanos donde no hay una disponibilidad de suelo tanto por deterioro físico o por escasa extensión. Y este tipo de limitaciones suele ser habitual en las grandes ciudades.
Manos a la huerta
Los materiales necesarios para lograr una huerta vertical son: caño de desagüe de 4″, T de 4″, tapas de 4″, caño de desagüe de 2″, reducción de 4 a 2″, tapas de 2″, grampas Omega de 4 y 2″, sistema de riego por goteo compensado, sustrato -formado por tierra y abono-, tornillos y tarugos. Los caños de plástico pueden ser reemplazados por canaletas de zinc o botellas de plástico.
Para avanzar en su construcción se necesita un taladro, destornillador y sierra de mano. Se recomienda trabajar con una mecha copa de 75 mm, otra de acero de 4 mm y una mecha de vidia de 8 mm.
La huerta vertical tiene un eje principal construido con caños de desagüe de 4″, al que se conectan tramos laterales dispuestos de manera alternada. En la base del armazón se instala un cantero de madera o hecho con pallets, el cual tiene como función recibir el excedente de agua de riego y ser un espacio de cultivo para especies de mayor tamaño.
Una vez obtenidos los materiales se deben cortar los caños de desagüe a la medida deseada y realizar varios agujeros con una mecha de copa. La distancia mínima entre cada perforación debe ser de 25 cm o más de acuerdo con el tamaño que alcance el cultivo. Luego se debe cortar las cintas de riego por goteo según la longitud del caño y pasarlas por el interior del tubo cerrando uno de sus extremos y perforando las tapas ciegas (blancas) a fin de sacar un tramo de la cinta hacia afuera.
Logrado esto, hay que incorporar el sustrato en el interior de los caños, comenzar a armar la estructura principal ajustando los codos junto con los caños hasta lograr una estructura firme. Paso siguiente, unir los tramos de caño a la estructura principal y conectar las cintas de riego.
Será clave fijar los caños a la pared con grampas Omega y asegurar darle una leve inclinación hacia el centro para facilitar el drenaje del sustrato. Quedará, entonces, rellenar los conectores con el sustrato, colocar la reducción de 4 a 2″ en el tramo inferior, ubicar el cantero y sembrar los plantines.
Castro recomienda que, si bien es posible realizar siembra directa, es más conveniente realizarla a partir de trasplante.