
Un teléfono celular y entre quinientos y mil pesos por día, son suficientes para contar con un “campana” o una “mula” en la costa del río o en algún punto estratégico de los caminos de colonias y parajes próximos a la ruta nacional 12 en esta provincia. La crisis económica y social actúa como combustible para que aumenten en número y el movimiento de droga sea “24 horas”.
Del análisis y consultas tras el golpe dado el viernes por investigadores de Toxicomanía de la Unidad Regional IX, que permitió interceptar un camión cargado con casi 4.500 kilogramos de marihuana prensada, se desprendieron datos alarmantes: mayor cantidad de mano de obra para acopiar y embarcar la droga de procedencia paraguaya hacia los principales centros de consumo y precio, pero también estrategias para que los trasladados se produzcan ya no sólo de madrugada, también se aprovecha el calor del mediodía y siesta de Misiones para mover los bultos hacia los sitios donde se acondicionan en embarques con destino a la provincia de Buenos Aires, por ejemplo.
Para que el estupefaciente se pueda mover de la costa del río Paraná hacia la ruta nacional 12 y desde allí al acondicionamiento en transportes en Oberá, Alem o Posadas, principalmente, los cabecillas contarían con “campanas”, pobladores o conocedores de los parajes. A ellos les facilitan un celular y pagan hasta mil pesos por día para avisar si las “vías” están despejadas o debe continuar “fríos los paquetes en zona de monte” hasta que se alejen los controles.
El viernes al mediodía los investigadores de la UR-IX recibieron el alerta de un efectivo desplegado entre colonia San Gotardo y el casco urbano de General Urquiza. El camión Ford 4.000 que hace una semana realizaba sospechosos movimientos por la zona se desplazaba aparentemente “cargado”.
Pasadas las 14 se montó la búsqueda y el resultado fue positivo en el paraje Cuatro Bocas donde en un angosto camino entre chacras frenaron el tránsito del camión y detectaron los 181 paquetes plásticos de 25 kilogramos cada uno de marihuana prensada.

La pesquisa llevaba más de veinte días compartida entre la Unidad Regional IV de Puerto Rico y la IX de Jardín, y entre los sospechosos figuraba un apellido, el de un exconvicto narco, que cumplió condena hace un año y retornó a General Urquiza sin conocérsele una actividad laboral estable. Cuando los policías identificaron al conductor de 23 años de la Ford 4.000 se sorprendieron al confirmar que se trataba del hijo del hombre que tenían “en carpeta”.
Este joven no se resistió al arresto, pero guardó silencio y ahora deberá rendir cuentas ante las actuaciones de la Justicia Federal.
Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN relataron que el progenitor purgó condena por un cargamento de marihuana que la Policía Federal interceptó cuando conducía un camión antes de llegar a Buenos Aires.
La investigación de hace siete años permitió saber que este transportista iba a ser ejecutado apenas entregaba la carga en suelo bonaerense. No iba a poder siquiera cobrar “la comanda”, señalaron entonces los investigadores.
Ahora está bajo los ojos de todos los investigadores de la zona, detrás de pistas que puedan develar más eslabones de la organización. Un teléfono secuestrado al camionero podría aportar los datos restantes.

Millonario
Por lo pronto, el éxito del operativo se pudo medir en cuanto al volumen de lo incautado y el valor del aforo. El total de la carga fue estimado en 270 millones de pesos, considerando los ingresos que le habrían generado los 4.450 kilogramos de marihuana a los búnkers de narcomenudeo.
Según las mismas fuentes contactadas, el valor mayorista del kilogramo de esta droga en Paraguay es ofrecido a 1.500 pesos y se estima que a nueve mil pesos es adquirido en las localidades de conurbano bonaerense donde se lo fracciona en “mucas” y vende a los consumidores.
El cálculo de dinero que perdieron los narcos en este procedimiento indica 35 millones en cuanto a ganancias que se les fueron de las manos, o 6,8 millones de pesos por la carga comprada a los “productores paraguayos”.
Los millones de pesos aumentarían en proporciones llamativas si se contabiliza la totalidad de lo incautado en los casi diez meses transcurridos de este año: 11.950 kilogramos sólo en procedimientos de Policía provincial, en distintas modalidades de pesquisa y procedimiento de secuestro.