Momentos de emoción se vivieron a la salida del Juzgado de Instrucción 7 de la ciudad capitalina luego de conocerse la decisión del juez Carlos Giménez de brindar la excarcelación a Miryam Bogado, la joven mbya detenida desde febrero tras el deceso de su pequeña hija de tan sólo cuatro meses.
La Mesa popular conformada para pedir por su absolución celebró la decisión y espera que la Justicia actúe para resolver este caso donde ella es la única detenida. De ahora en más, la acusada no podrá abandonar suelo argentino pero permanecerá en libertad y acompañada por su familia en su pueblo ubicado en San Ignacio.
Ya desde las primeras horas de este viernes, el cuerpo legal que acompaña a la joven recibió noticias sobre la posible decisión favorable del juez sobre el pedido de excarcelación, lo cual que fue confirmado en horas del mediodía. “Lo que se hizo fue una secesión de la prisión preventiva pero seguirá siendo investigada. Ella sigue imputada en la causa y ahora nos toca pelear por la absolución”, explicó a PRIMERA EDICIÓN la abogada Roxana Rivas.
El caso
Con 18 años, la muchacha mbya ya había atravesado por tres embarazos y el último terminó siendo el más complicado de todos. Nacida de manera prematura y tras un complicado parto, su beba permaneció dos meses en incubadora en Posadas para luego ser trasladada de nuevo a su comunidad, donde dos meses después se dio a conocer la muerte de la pequeña en circunstancias que aún restan por establecerse.
De acuerdo a las pericias del cuerpo médico forense del Poder Judicial, se corroboró en la niña lesiones (fractura ósea de cráneo-tórax) y determinaron que la muerte fue producida por traumatismo contuso con gran violencia.
No obstante, la defensa alega que no existen pruebas para culpar a la madre.
Desde febrero, Miryam permaneció detenida en la Alcaldía de Mujeres de Posadas, acusada de homicidio agravado por el vínculo. “Ahora la llevan a buscar sus cosas en el servicio penitenciario. Luego la pasamos a buscar para llevarla a su casa en la comunidad. Ella volverá a kokuereí donde vive su familia para retomar la vida que merece”, precisó ayer a la salida del Juzgado 7 la abogada Roxana Rivas.
Asimismo, aclaró que “el caso continúa. El juez decidió no proceder con el cierre de la instrucción, así que seguirán investigando. Esto también es bueno porque la idea es que se sepa qué pasó, si es que hubo una muerte violenta -aunque nosotros no lo creemos así-. Además, es bueno que no se cierre sólo en ella la investigación. Acá dieron un vuelco de calidad y la idea siempre es esa que nuestro sistema de justicia pueda recepcionar estas cuestiones que parecen nuevas pero que son legales: la perspectiva de género y la mirada indígena”.
Sobre la decisión de excarcelación, Roxana Rivas señaló que “fue mucho mejor de lo que esperábamos porque tampoco le dieron prisión domiciliaria. La única prohibición que tiene es la de salir del país. Además tendrá que presentarse al Juzgado una vez al mes para notificarse. Ahora podrá volver a su casa con su hijo y su madre”.
Ya la semana pasada todas las personas que bregaban por la absolución de Miryam Bogado estuvieron antes a su posible liberación, hecho que nunca llegó a concretarse: “Para nosotros fue muy triste. La Comisión Contra la Tortura había presentado una habeas corpus y estuvimos acompañando a Miryam. El viernes pasado teníamos toda la esperanza de su liberación pero finalmente no pasó”, añadió.
El caso de esta joven mbya trascendió las fronteras de la provincia: “Esta libertad se debe al trabajo de todas las mujeres y organizaciones que pudimos visibilizar esta cuestión para volver a poner en crisis la mirada con las que se juzgan a las mujeres jóvenes, pobres y en este caso originarias”, remarcó.
Los pueblos originarios
Para oír la decisión del juez Carlos Giménez estuvieron presentes ayer la Mesa por la Absolución de Miryam Bogado entre otras organizaciones.
“Estamos representando a los pueblos originarios porque no pudieron venir los caciques que estuvieron acompañando este caso de la injusticia padecida por Miryam. Esta conquista es gracias a la lucha vivida desde los hermanos y autoridades comunitarias. Tenemos muchas injusticias que estaban ocultas y ahora comienzan a visibilizarse cada vez más porque los mbya comienzan a ver este proceso de lucha”, manifestó Martín González, de la comunidad Ka’aguy mirí tupá de la zona del Cuñá Pirú, quien estuvo acompañado por Aníbal González de la aldea Perutí, de El Alcázar.