La tragedia del ARA San Juan quedará en la historia de la Argentina como uno de los casos de búsqueda y negligencia militar más grandes de las últimos años. Durante el tiempo que se extendió el operativo de rastrillaje marítimo, algunos de los familiares de los 44 submarinistas permanecieron aferrados a la esperanza de encontrarlos con vida mientras que otros mostraron resignación por una muerte en cumplimiento del deber. En ese proceso, hubo todo un acompañamiento psicológico para estas personas que incluso evitó situaciones de suicidio ante el enorme dolor de la pérdida de un ser querido.
En el marco de la Jornada sobre Prevención del Suicido realizado en el Instituto Montoya, PRIMERA EDICIÓN dialogó con el psiquiatra Enrique Stein, quien contó que “en mi experiencia en el trabajo en eventos disruptivos grandes, llamados catástrofes, la última experiencia importante fue el de haber coordinado el equipo psicosocial a los familiares de los 44 tripulantes del ARA San Juan. El grupo mostraba una heterogeneidad y si bien algunos desde entrada aceptaron la situación de muerte -en tanto estaban cumpliendo una misión militar y podría ocurrir un accidente- otros no. Desde su negación esperaban con esperanzas que estuvieran vivos en algún lugar, con las hipótesis más diversas”.
Stein aseguró que este proceso de acompañamiento logró evitar situaciones de suicidio: “La confirmación del fallecimiento de los tripulantes llevó a sostener una ayuda en el lugar, en la base en Mar del Plata y en ciertos casos en las distintas provincias. En Misiones, a la familia la atendí personalmente. En el proceso, obviamente no todos sufrieron de la misma manera el evento, porque lo hacen según su historia familiar, el grado de fortalecimiento que tenían y el apoyo psicosocial”, detalló.
En cuanto al operativo, el psiquiatra explicó que “en ese momento trabajamos en una línea de atención para estar los familiares prácticamente instalados en la base Naval de Mar del Plata. Primero ofrecimos lo que denominamos los primeros auxilios psicológicos. Esto significa estar, acercarse, establecer un primer contacto y un vínculo. En ese momento la reciente desaparición del submarino implicaba un ámbito de incertidumbre enorme, con un apoyo más que nada emocional y de cercanía. Mismo caso se dio con los submarinistas del equipo de rescate que brindaron un apoyo muy importante”.
Asimismo, “además de los primeros auxilios psicológicos establecimos un fortalecimiento de la perspectiva de un grupo. Los familiares y los submarinistas presentes para la búsqueda necesitaban constituir un psiquismo. En tercer lugar, establecimos una historia clínica de todos los familiares, lo cual permitía por un lado tener el perfil de lo que acontecía en el medio de esta incertidumbre por la búsqueda y por otro lado el estar listos en el caso de producirse un hallazgo. Tal hecho sucedió al cuarto día, cuando se conoció que hubo una explosión, lo cual para los familiares significó muerte. Eso implicó una gran crisis que pudo ser contenida por los que ya estábamos en ese lugar y con una coordinación con los equipos médicos”, recordó Enrique Stein.
Este acompañamiento significó “más que nada como un agregado ante la incertidumbre del desconocimiento del lugar del hecho. Luego el problema estuvo cuando se anunció que se encontró el submarino; el tercer momento se da cuando se ven las fotos, aunque no así los cuerpos. Esos tres instantes, lamentablemente, permiten avanzar en la certificación del fallecimiento pero al mismo tiempo presenta la dificultad de no encontrar los cuerpos”, señaló.
Durante su disertación en el Montoya, este profesional de la salud mental indicó que para iniciar el proceso de duelo una parte importante es ver el cuerpo del familiar fallecido: “En materia de la recuperación frente a la muerte, hablamos no de un tiempo cronológico sino de un lógico. Esto tiene que ver con la capacidad de resiliencia o de recuperación de cada personas, así como el apoyo familiar e incluso el institucional. Desde el ámbito de la comunicación, una parte muy importante tiene que ver con el conocimiento de la verdad y la responsabilidad individuales y colectivas que tenemos al contar los hechos en los medios informativos”.