El presidente de la Nación, Mauricio Macri, lanzó una de sus tantas frases motivadoras durante una entrevista radial con San Luis, en la que buscó mostrar empatía con la gran mayoría de los argentinos que no sabe cómo llegar a fin de mes.
Apuntó a que, “lentamente la inflación está bajando”. Subió a un avión y comenzó la gira por Asia previo paso por Uruguay para encontrarse con su par Tabaré Vázquez.
A las pocas horas, el INDEC oficializó la suba de precios del primer mes de 2019: 2.9%, una décimas más alta que la registrada en diciembre de 2018 (2,6%). Hay pronósticos que marcan un 3% para febrero de 2019 producto de la suba de tarifas que rige en todo el país.
Todo hace suponer que, una vez más, los cálculos de Cambiemos quedarán alejados de la realidad.
La suba de precios no afloja y ataca directamente al poder adquisitivo de los salarios que no acompañan en su enorme mayoría al avance de la inflación.
Como sucedió en varios momentos de 2018, el nuevo año volvió a posicionar a la región NEA (donde se mide la inflación de Posadas) como la más alta del país con el 3,4%. Es decir, muy por encima del promedio nacional.
Los cuatro rubros que más incidieron en la inflación más alta en nuestra zona fueron “Comunicaciones” (8,4%), “Vivienda, agua, electricidad y otros” (6,7%); “Educación” (4,7%); y “Salud” (4,4%).
El Instituto de Estadísticas de Misiones, IPEC, explicó en su informe sobre la variación del Índice de Precios al Consumidor que “en cuanto a categorías, el IPC Bienes Regulados es el que mayor incremento mensual presentó, tanto a nivel nacional como en la Región NEA: 3,4% y 3,6% respectivamente”. Se trata de las tarifas que el Estado regula como energía eléctrica, gas, transporte, entre otros.
Los analistas de la economía argentina creen que, recién en marzo, comenzarían las señales graduales de baja en la inflación, siempre que no se dispare el dólar ni se tomen medidas que profundicen la incertidumbre.
Volviendo a los dichos de Macri, está claro que Cambiemos sabe que la economía es el principal problema a resolver de cara a las presidenciales de octubre, si es que pretende la reelección del mandatario. Y que los resultados no serían los mismos que obtuvieron en las legislativas de 2017, donde había dificultades económicas y, aún así, consiguieron un triunfo en los principales distritos del país.
Buscando opiniones
El presidente Mauricio Macri comenzó a reunirse con economistas (en algunos casos a solas y otros con Nicolás Dujovne) a quienes les pide una visión del rumbo que define como “el único posible”.
Trascendió que en algunos casos, el diálogo fue tenso, especialmente cuando se habla de un programa o plan económico que no existe como tal.
Alfonso Prat-Gay, tentado el año pasado para regresar al país como reemplazante de Dujovne primero y, luego, del canciller Faurie, fue lapidario.
La Argentina tiene un plan de emergencia, cuyo único objetivo es llegar a las elecciones”, dijo el tucumano.
“A la Argentina le está faltando un plan de estabilización en serio”; “Necesitamos una reforma impositiva en serio, que baje los impuestos y amplíe la base de tributación”, fueron algunas de las definiciones de Prat-Gay.
Miguel Ángel Broda, que participó en una reunión con Macri días pasados, aseguró que “no estamos preparando un atleta para correr 10 kilómetros sino que estamos volviendo a caminar después de un golpe fuerte”.
Para este economista “es un programa de emergencia (con el FMI) y transición, pero se evitó la aceleración de las variables nominales”.
“El consumo privado probablemente haya tocado fondo, al igual que la masa salarial y el salario real, entre diciembre y enero, pero la economía solo va a tocar fondo con la cosecha en el segundo trimestre. (…) A partir del segundo trimestre la economía va a crecer a una velocidad moderada y va a cerrar el 2019 en -1%…”, expresó Broda.
El Fondo Monetario Internacional, en su nueva misión, aprovechó para recibir a dirigentes políticos de distintas representaciones. Y le falta Roberto Lavagna, uno de los presidenciables de la oposición.
Un ácido economista que en pocos días tendrá su turno frente a Macri, aseguró que en este camino “tomamos una ruta distinta al kirchnerismo pero, igualmente, vamos camino a ser Venezuela en poco tiempo”.
Industria en crisis
Una clara señal de que la economía retrocede, impactando de lleno en el empleo, es la capacidad ociosa que tiene la industria hoy. Es decir, el porcentaje que no utiliza para producir aunque tenga la capacidad para hacerlo, por razones de mercado y costos.
Al conocerse el índice de diciembre de 2018, ya se puede decir que los números son los peores desde 2002. Al término del año pasado, las industrias habían utilizado el 56,7% de su capacidad. Es decir que tenían un 43% de su potencial parado.
Pero hubo sectores que rozaron el 80% de parálisis, como la industria automotriz. Junto a los rubros textil y metalmecánica fueron los que menos actividad registraron.
En tono crítico, un integrante de la Unión Industrial Argentina (UIA), aseguró esta semana que la situación es “desastrosa” y que “seguimos atados con alambre”. Desde esa entidad empresaria, recordaron que, desde 2015 a la fecha, se perdieron 107 mil puestos de trabajo.
Deuda y presión fiscal
Como la industria, están otras actividades en los distintos puntos del país. Con la economía como principal punto negativo del Gobierno, el Presidente de la Nación anunció hace pocos días la reforma del mínimo no imponible de Aportes Patronales para una serie de rubros, con apoyo de los alcanzados por una rebaja promedio del 18% mensual y críticas de los que no fueron beneficiados y siguen haciendo frente a la presión fiscal récord.
Antes, el Gobierno nacional tenía un problema por el faltante de dólares (moneda que no imprime pero que “maneja” la economía). Ahora, se suma el faltante de pesos circulando para, por ejemplo, pagar impuestos.
El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF), advirtió que la rebaja de aportes patronales le significarán “el costo fiscal para el estado en $ 4.400 millones para 2019”.
El FMI pidió saber qué está haciendo Leandro Cuccioli (titular de la AFIP) para incrementar la recaudación y bajar el nivel de evasión. Por ahora, el funcionario subió los intereses para morosos frente a una caída de los pagos de impuestos cada vez más marcada.
Para colmo, Dujovne ya no puede tomar más deuda. El porcentaje de endeudamiento contra PBI es históricamente escandaloso. Del 52% del final de CFK, pasó al 112% del PBI lo que deja al país sin capacidad de pago de los préstamos tomados y un serio riesgo de default.
Al FMI le llegaron varios mensajes de los partidos de oposición (incluso del mismo oficialismo) respecto de la necesidad de refinanciar las deudas con el fin de ampliar los desembolsos después de las elecciones presidenciales.
El mensaje de Passalacqua
El Gobernador reunió a su Gabinete Social acompañado del vice Oscar Herrera. No hubo declaraciones al término del encuentro por parte de los funcionarios, salvo expresiones en redes sociales sobre el pedido de un “trabajo conjunto” y “cercanía con la gente”.
Trascendió posteriormente que el mandatario “bajó un duro mensaje” y mostró cierta disconformidad con algunas áreas sociales del Gobierno, a las cuales exigió “mucho más trabajo y más respuestas a las demandas de la gente, principalmente asistencia social, energía, agua, entre otros temas que estuvieron en la agenda del verano”, confió una fuente de la Rosadita.
“Hubo exigencias para todos. Passalacqua no quiere distracciones ni relajes y se lo hizo saber de manera tajante a sus ministros. Nada de política ni politiquería”, contó la misma fuente sobre el cónclave oficial.
En pocos días comenzarán a llegar las boletas de energía con aumentos de 25% en todo el país, pero los usuarios residenciales de Misiones tendrán subas del 8%.
Será por la orden de Passalacqua de aplicar la suba dispuesta por el Gobierno nacional, en tres cuotas mensuales de 8,3%. En el caso de los usuarios industriales o grandes consumidores, la suba será más gradual, en seis partes, con la idea de que cuiden el empleo y la actividad productiva.
“Misiones se hace cargo con fondos propios de los aumentos decididos por la Nación, por la eliminación de los subsidios (como transporte, salud, viviendas y asistencia social). A pesar de tener que asumir todos esos costos, el Gobierno de Misiones ha decidido mantenerse en la misma postura de brindar gobernabilidad a la Nación hasta el último día. En este caso, la palabra empeñada le está saliendo caro a Misiones”, aseguraron en el misionerismo.