
Hace más de 20 años, un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y del Instituto de Botánica del Nordeste (UNNE-Conicet) inició uno de los más importantes relevamientos florísticos en el Parque Nacional Iguazú, que aportó precisiones sobre la composición de las comunidades vegetales de la reserva.
A lo largo de estos años, se colectaron más de 1.000 ejemplares y se confeccionó una base de datos, con registro de observaciones del ambiente, fenología y un ejemplar testigo guardado en el Herbario del Ibone y otro ejemplar testigo guardado en el Parque Nacional.
Ese estudio, y otros posteriores realizados desde la UNNE, posibilitaron identificar más de 590 especies en el parque y más de 300 géneros pertenecientes a 99 familias botánicas.
Se logró identificar además la relevancia de especies por grupos de plantas o formas de vida, como ser “Hemicriptófitas” (Gramíneas y Ciperáceas), “Epífitas” (excepto Orquídeas) y “Parásitas”, “Lianas” (Enredaderas y Trepadoras), “Fanerófitos” (Árboles y arbustos) y “Caméfitas” (Herbáceas).
“Queremos compilar y sistematizar la información colectada por años, para ponerla a disposición del público en general, reflejando la relevancia del parque de Iguazú para la conservación de la biodiversidad” explicó el ingeniero agrónomo Ricardo Vanni, docente e investigador de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE, quien trabajó en los relevamientos en Iguazú junto a sus pares Gabriela López y Marcos Dávalos.
Indicó que publicar un inventario florístico o “flórula” del Parque Nacional Iguazú, en particular posibilitará que se tenga acceso al conocimiento de gran parte de las especies nativas que allí habitan.
Es que, si bien su composición florística fue objeto de numerosos estudios, nunca se realizó un relevamiento completo de todas las formas de vida de los vegetales superiores allí presentes.
Vanni reiteró que se proyecta una publicación de fácil acceso a cualquier persona, no estrictamente botánicos, con ilustraciones, para su mejor interpretación.
Gran valor
El Parque Nacional Iguazú, con una superficie de aproximadamente 55.000 hectáreas, constituye “uno de los parques que guarda el último territorio de selva extratropical de nuestro país, que puede considerarse como un banco de germoplasma de especies que deben conservarse in situ, ya que es la única forma, hasta el momento, de lograr su persistencia”, expresó el especialista.
Indicó que el trabajo sobre la flora del Parque Nacional Iguazú complementaría otros similares realizados por investigadores de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNNE y el IBONE en otros sitios naturales de interés en la región como Iberá y el Parque Nacional Mburucuyá, entre otros.