Días pasados tuvimos la oportunidad de disfrutar del Festival Nacional del Litoral, un evento que se viene realizando hace mucho y que va rumbo a su 50 aniversario el año próximo.
En los últimos encuentros se ha incorporado al festival un toque de arte y de solidaridad, que va más allá de eso, porque no solamente es ayudar a partir del arte sino que también es apoyar a los artistas locales, como el reconocido Bernardo Neumann y no tan conocidos Nicolás Bianchi y yo Claudia Olefnik.
La propuesta era trabajar en vivo, en cada noche de las tres que duró el evento, cada uno frente a un numeroso público, frente a miradas expectantes que fueron viendo como un lienzo en blanco se iba transformando en una obra que reflejaba la esencia de Misiones.
La apertura la hizo el maestro Bernardo Neumann, con una obra pintada al óleo, el tema nuestras majestuosas cataratas. La obra fue donada al refugio de animales, para que ellos dispongan de la mejor manera y puedan utilizar lo que recaudan en lo que más necesiten para los animalitos indefensos.
Causa con la cual Bernardo se encuentra muy comprometido y pide especialmente mediante este medio un llamado a la solidaridad, de tomar conciencia de no abandonar y buscar mejores opciones cuando uno no puede hacerse cargo porque hay organismos que sí lo hacen, hace un llamado especial a los corazones solidarios misioneros de entender que con nuestro clima, los animalitos abandonados no tienen posibilidad de sobrevivir, el calor insoportable dentro de una caja no da chances.
La segunda noche le tocó al artista Nicolás Bianchi, un dibujante de excelencia, que con el grafito logró captar también la esencia de la grandeza de las cataratas. En tiempo record, sacó punta al lápiz y realizó su propio show, reconoció haberse emocionado, y estoy segura que el público también lo hizo.
Su obra fue destinada al club de abuelos Santa Lucía, personas de la tercera edad que necesitan mucha contención.
Y mi participación fue la última noche, mi obra fue pintada al óleo y elegí pintar a Ramón Ayala, como un humilde homenaje a un ícono representativo del festival y reconocimiento para un gran artista misionero, la obra se llama “El Mensú” y fue donada a la casita oncológica, un lugar que da contención a los niños en tratamiento y a sus familias, (Félix Bogado 1461).
Mientras tanto María Victoria Skwarek (12) y Rebeca Román Maruñak alumnas del Atelier Monarcas, en la explanada del anfiteatro pintaron en vivo un paisaje misionero al óleo que también fue donado a la casita. Estas niñas sí que se robaron los aplausos del público.
Por último sólo me queda agregar dos cosas, una es un agradecimiento de parte de los tres artistas que participamos por la invitación a la Dirección Municipal de Cultura y la otra es dejar en claro de la responsabilidad de que las personas que adquieran la obra, más allá de llevarse un cuadro a su casa, estará colaborando con una buena causa y desde ya se agradece.
Colabora
Claudia Olefnik.
Artista plástica.
Responsable
del Taller Monarcas.
En Facebook.
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