El amor es esa energía vital con la que todos nacemos innatamente y que es la que nos conecta con la vida y los demás. Es esa fuerza creadora que todos llevamos dentro y que nos mantiene unidos tanto interna como universalmente.
Cuando hablamos desde el amor hablamos con seguridad, con ideas claras, hablamos y decimos lo que sentimos, somos fieles a nuestros deseos e intuiciones. Desde el amor todo es comprensión y entendimiento, vemos que todo lo que sucede es perfecto si así lo queremos ver y proyectamos en cada situación esa fuerza que todo lo sana, que es nada más que amor. Desde el amor somos seres saludables, enérgicos, creativos, medios de reconciliación, abundancia y prosperidad.
Existe sin embargo la tendencia a confundir el amor con debilidad, pero es todo lo contrario.
El miedo por lo tanto, aunque lo veamos como algo negativo, no es más que la ausencia del amor. Es la idea de que el amor no existe, si lo tengo en pequeñas cantidades lo puedo perder todo. El miedo es quien nos enfrenta para conseguir amor. Es quien pelea porque siente que no hay suficiente, el miedo nos ata, nos pone límites, nos desmotiva y hasta a veces nos paraliza en este estado de vernos carentes.
Cuando entramos en una habitación, cerramos la puerta y mantenemos las luces apagadas nos encontramos en la oscuridad sin poder ver, sin poder reconocernos a veces y sin poder reconocer al otro, no vemos hacia dónde vamos, no identificamos lo que hay a nuestro alrededor, no distinguimos. Pero el hecho de estar en oscuridad, ¿es evidencia de que la luz no existe? No, por el contrario, es evidencia de que en ese lugar no está, pero no por eso quiere decir que no exista.
Si la habitación es nuestra, ¿a quien le corresponde prender la luz si es que somos nosotros quienes estamos dentro? Lo mismo sucede con el amor.
Cuando nos encontramos cerca del amor nos sentimos felices, cuando nos invade el miedo nos falta confianza. Con amor somos flexibles, optimistas, disfrutamos de la paz interna, confianza y voluntad inquebrantables. Cuando nos apabulla el miedo somos rígidos, perfeccionistas, resentidos, pesimistas.
Las dos líneas conviven en el universo: miedo y amor, y todos tenemos la posibilidad de ver, reconocer y elegir. Elegir amor por sobre todas las cosas, o seguir en automático comandados por el paradigma del miedo.
El psiquiatra escritor Víctor Frankl cuenta en su libro autobiográfico, su experiencia en los campos de Viena por aquellos tiempos del holocausto, donde dice: “frente a todos los hechos desgarradores que suceden a mi alrededor y que no puedo controlar, hay un lugar donde sigo siendo libre y puedo elegir: mis pensamientos”. Y frente a todo lo que sucedía, seguía creyendo en el poder del amor, que fue el que lo mantuvo vivo.
Colabora
Natalia de las Nieves
Coach y Terapeuta
Motivacional
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