Mi querida pariente Karina, a los 40 años recién cumplidos me consultó por dolores articulares y gran sensibilidad muscular. Le habían diagnosticado como Fibromialgia.
Hace dos años había descubierto el primer indicio de infidelidad de su esposo, al confrontarlo prefirió priorizar la familia que habían formado junto a él, con sus dos pequeños hijos de 8 y 6 años. Fueron dos años horribles, hasta que luego de intentar una y otra vez hacer caso omiso a una gran soledad y cero colaboración de solucionar sus problemas de pareja se agravaron sus fuertes dolores Artralgias, edemas de tobillos y extrema sensibilidad en la piel. Aparecían manchas y a veces erupciones en la piel. Una vez me comentó que se inflamaron sus glándulas parótidas y tenía el cuello inflamado y dolorido. Comenzó con irregularidades menstruales hasta hacer una menospausia precoz. Se estaba autodestruyendo. No podía manejar decisiones concretas, ya que le pesaba muchísimo la presión de sus hijos.
Los dolores eran muchos y poco hacía la medicación que le habían dado. Había tomado la decisión de separarse. Comenzó desde cero. Trabajaba muchísimo porque él no la ayudaba. Le habían comentado sobre Medicina Ortomolecular, esperaba magia en el momento de la primera consulta.
Comenzamos con Flores Misioneras para armonizar las emociones y un plan de ataque para los dolores, mientras esperábamos los resultados bioquímicos.
Estaba tan angustiada que comía para calmar la soledad, había aumentado casi 10 kilos. Sus articulaciones pedían a gritos elongarse y no tener tanto peso.
Los Neurotransmisores son una potente arma para disminuir y equilibrar la ansiedad y la angustia. Sus valores tiroideos alterados, su tiempo de vivir no era el presente. Se negaba a sí misma su actual situación. Las enfermedades autoinmunes, entre ellas los trastornos tiroideos, nos llevan a deterioros progresivos de pérdia del eje hormonal.
Poder ubicarnos en nosotros y reconocernos es la única manera de estar sanas física y mentalmente. La solución es vivir el hoy apoyándonos en quién necesitemos para salir a flote. Revalorizarnos como seres humanos únicos y valiosos, y lo que siempre me digo a mí misma: también es tener la certeza que Dios no nos dará nada más de lo que podamos soportar y que los problemas no pueden destruirnos y sí fortalecernos. Karina creció económicamente gracias a su profesión, teniendo la certeza de su grandeza como mujer y profesional, como madre y como mujer.
A veces muchos necesitan un empujoncito para conocer sus virtudes, acomodar sus ideas y reacomodarse. Cuando no lo hacen, los dolores y las hormonas explotan, así pasa con la tiroides. Priorizarse fue el mejor tratamiento, las hormonas normalizadas permitieron tener un cuerpo más saludable; los neurotransmisores ayudaron a su voluntad y aunque sigue sola con sus hijos es una admirable mujer que -como tantas, pudo recuperarse y vivir el hoy con plenitud.
Podemos salir de cualquier dolor físico si ayudamos a nuestras emociones y a nuestro cuerpo a equilibrarse. Ánimo en cada decisión y nuestras dolencias mermarán.
Con el aprecio de siempre: BENDECIDO DOMINGO.
Colabora
Marcela Campias
Médica. Clínica.
Especialista en Medicina Orthomolecular. CIMO
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