POSADAS. Con el propósito de transferir los aprendizajes alcanzados en tres años de investigación sobre la enseñanza de la gramática en las escuelas misioneras, un grupo de docentes e investigadores del Programa de Semiótica de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales dictará a partir de este mes el curso de perfeccionamiento y actualización “Gramática, textos y enseñanzas”, dirigido a profesores de Lengua y Literatura, de lengua extranjera y profesores de enseñanza primaria del área de Lengua. El equipo de investigadores está integrado por las doctoras Ana Camblong y Raquel Alarcón, la magister Victoria Tarelli y el profesor Sebastián Franco. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Raquel Alarcón y Sabastián Franco coincidieron en que la gramática fue perdiendo terreno en la enseñanza. “En el siglo pasado, la gramática era la reina del aula. Después, la lingüística deja de tener a la oración como unidad y pasa a considerar el texto, que pasó a ser el rey de la clase en detrimento de la gramática. Esto se dio sobre la base de la creencia de que leyendo textos sin reflexionar sobre el sistema, los chicos iban a escribir y leer mejor”, reflexionaron. “Pero eso no sucedió y por ello se está dando una vuelta a la gramática pero con una convivencia: para poder leer y escribir mejor es bueno hacer una reflexión sobre el sistema de la lengua, cómo funcionan las palabras para armar un sintagma, cómo conectar una oración con otra… y para eso es innegable recurrir a la gramática”, indicaron. Normas versus usos Para Alarcón, el problema con la enseñanza actual de la gramática es que todavía no hay una didáctica, una metodología de cómo trabajar en el aula con esta articulación funcional. “Hay como una gran desorientación, los profesores no saben qué hacer con la gramática. Por un lado hay un discurso que dice que no se puede trabajar con el sistema en abstracto, sino en la práctica y con el uso; y por otro, cuando entramos en las aulas vemos análisis de oraciones sintáctico al más puro estilo estructuralista. La gramática normativa sigue siendo normativa, estipulando cuál es el canon en forma correcta. Pero por otro lado, se dice que lo que importa es el uso, la práctica, el modo en que la gente se apropia de la lengua y elabora sus enunciados te encontrás que en nuestra zona fundamentalmente se atraviesa el guaraní, el portugués… dando variantes como el portuñol, el yopará guaraní; tenemos a nuestros aborígenes que siguen hablando el mbya en sus comunidades, tenemos viva la lengua de los inmigrantes que entraron a principio del siglo pasado. Todo eso atraviesa el español canónico y produce una forma muy particular de uso de la gramática en nuestros enunciados”, analizó Alarcón. Nuevas maneras de producir Que cada vez se utiliza un repertorio lingüístico más reducido es un hecho. También que las palabras que se usan en los chat y mensajes de textos son acortadas sin respetar reglas de abreviación. Pero estos investigadores y docentes universitarios no se ponen en el rol de “policías del lenguaje”. Respecto a ello, Alarcón admitió que la falta de reglas gramaticales en las redes sociales y los sms generan algunos prejuicios. “Uno ve en los alumnos del Profesorado de Lengua que ya tienen esa intención de controlar el buen hablar y el buen escribir. Se dice que los chicos escriben mal porque en los mensajitos y el chat no se respeta ninguna regla, pero a mí me parece que es otra manera de producir y que lo que la escuela tiene que hacer es enseñar la norma junto a esta nueva manera de producir, no son enemigas, ni una está en las sombras atentando contra la norma. Creo que la norma sigue siendo importante, esta nueva manera de producir es ‘otra’ manera y no la ‘gran’ manera”. Según precisaron estos investigadores, desde el marco teórico de la semiótica, “encontramos algunas respuestas de cómo articular ambas perspectivas, de cómo pensar y darle legitimidad a la lengua en uso, sin dejar de considerar la importancia de que los niños aprendan la lengua oficial y sus normas”. Miedo a lo nuevo Señalaron que estas nuevas maneras de producir tienen que ver con el atravesamiento de la cultura mediática y las nuevas tecnologías. Pero estas nuevas formas conviven con las académicas. “Hay una sobrevaloración de este mundo de los medios y la informática. Esta sobrevaloración es parte del temor ante lo nuevo y lo desconocido. Lo mismo ocurrió cuando llegó la TVy muchos vaticinaron la muerte de la radio”, reflexionó Franco.
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