POSADAS. Después de años de lucha y reclamo por las tierras ancestrales, las comunidades mbya guaraní Itá o Miní, Tekoá Ymá Kapí’i Yvaté, que se ubican dentro del lote 8 de la Reserva de Biosfera Yabotí, lograron ser reconocidas como propietarias de 3 mil hectáreas. El logro es producto de un proceso de diálogo iniciado en febrero, en el que intervinieron la empresa inglesa World Land Trust (WLT), la fundación argentina Naturaleza para el Futuro y el Ministerio de Ecología. El mismo se materializó en la firma de un acta realizada ayer por representantes de dichas organizaciones públicas y privadas y por representantes de las comunidades mbya. “Nunca pensé que otros podían tener el mismo sentir respecto al cuidado de la naturaleza. Si otros también se comprometen a velar por el monte, el agua, la fauna, la vida del monte, que es nuestro alimento, para nosotros es una gran alegría”, señaló Artemio Benítez, cacique de Tekoá Ymá, en el acto de rúbrica del convenio realizado ayer en Casa de Gobierno. “Ojalá que todos pongan esfuerzo porque se cumpla”, agregó como señalando el compromiso que a partir de esta firma cada una de las partes asumirá. Desde el Equipo Misionero de Pastoral Aborigen (Emipa), que como hace años acompaña a las comunidades en sus reclamos y cumplimiento de derechos, señalaron a PRIMERA EDICIÓN que “a partir de hoy estas tres comunidades pasan a ser propietarias de la tierra, cosa que algunos años atrás era impensado que se logre. A pesar de que las comunidades llevan años de lucha, eran sólo poseedoras y los títulos estaban en manos de la empresa Moconá. A partir de hoy tienen los títulos de propiedad de las tierras y eso es su fuente de garantía jurídica”. “Por supuesto que no fue fácil construir confianza entre las comunidades y los representantes de WLT, porque hace pocos años la propuesta de ellos había sido muy distinta y no buscaba consensuar nada con los aborígenes. Pero ahora vemos un cambio”, apuntó Kiki Ramírez, de Emipa.Un aspecto a destacar en relación al acuerdo es que el texto está escrito en castellano y guaraní, fue leído en ambas lenguas y quienes tomaron la palabra lo hicieron con posterior traducción, a cargo de Bernardino Velázquez, de la aldea Chafariz, quien en todo el proceso de diálogo entre las partes actuó como intérprete.¿Cómo será la subdivisión?El lote 8 de la Reserva de Yabotí consta de 4 mil hectáreas que forman parte de territorios ancestrales de las comunidades guaraníes. Por medio del acuerdo, la empresa inglesa WLT compró el lote a sus actuales propietarios, la empresa Moconá SA, por intermedio de la fundación conservacionista Naturaleza para el Futuro.Dentro del lote, la empresa WLT desarrollará un emprendimiento turístico en 200 hectáreas. Otras diez quedan en manos de la fundación. Otras quinientas constituirán un condominio permanente entre las comunidades guaraníes y dicha fundación. De las restantes, 1.500 serán de propiedad de las tres comunidades en lo inmediato, mientras que 1.300 hectáreas les serán entregadas dentro de siete años, quedando mientras tanto en condominio con la fundación. Asimismo, se contempla la creación de un corredor biológico que preserve grandes sectores de selva paranaense conectando los parques provinciales Esmeralda y Moconá y un espacio para que la provincia utilice a perpetuidad un sendero que conecte el Parque Moconá a un mirador natural.Acuerdo multiculturalDebieron pasar años para que las comunidades, fortalecidas con años de lucha pero sin haber obtenido resultados, fueran escuchadas. Cabe recordar que en 2007, cuando WLT manifestó intenciones de comprar la reserva, planeaba hacerlo sin previa consulta a las comunidades. Entonces la operación intentó ser la de “comprar las tierras con las comunidades adentro”. Además, sin ningún tipo de control desde el Ministerio de Ecología, durante años las topadoras de empresas madereras entraron hasta las propias viviendas de las comunidades, con lo cual Artemio y otros caciques debieron realizar complejas gestiones, largos viajes hasta Posadas e incluso a Capital Federal para reclamar que se respetaran sus derechos como pueblos originarios. Desde ayer, y tal como compromete el acuerdo, con toda legitimidad las comunidades podrán hacer uso del lote 8 para actividades tradicionales de autosustento. Un nuevo punto de partidaTras la firma del acta, los caciques representantes de las tres comunidades dialogaron con PRIMERA EDICIÓN y manifestaron su emoción por el acuerdo logrado. Artemio Benítez, de Tekoá Yma; Lidio Da Silva, de Kapi’i Yvaté, y Agustín Espíndola, de Itá o Miní, destacaron el diálogo logrado y, a su vez, se comprometieron a observar que de aquí en adelante cada una de las partes cumpla con el compromiso contraído mediante la firma.“Muy contentos estamos por el contrato que se firmó. Ahora ya nos sentimos seguros de que podemos recuperar una parte de nuestro territorio”, destacó Benítez.
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