POSADAS. Las calles del barrio San Jorge todavía respiran violencia. Restos de ladrillos, vidrios, palos y piedras esparcidos sobre el asfalto demarcan la escena del verdadero combate cuerpo a cuerpo que se vivió en la madrugada del último domingo, cuando una veintena de vándalos intentó copar la comisaría seccional Octava para “liberar” a cuatro conocidos.Ayer, horas después del ataque que dejó tres policías heridos y cuatro detenidos, PRIMERA EDICIÓN volvió al barrio y dialogó con los vecinos de la zona, quienes aseguran estar cansados de los desordenes provocados prácticamente todos los fines de semana por el mismo grupo de inadaptados.“Estamos cansados. No respetan absolutamente nada, si hasta quisieron entrar a la comisaría y sacar a todos a los ‘tortazos’”, comentó Francisca Meza (52), comerciante de la zona y con 25 años de residencia en San Jorge.Aunque la mayoría de los vecinos del barrio no se anima a hablar por miedo a represalias, Francisca rompe el silencio y desnuda una verdad que todos conocen pero nadie dice ante los micrófonos. “Son los mismos de siempre, por eso pedimos a la Justicia que no los suelte tan facilmente y que los investiguen, porque no hay castigo, los llevan y después los ‘sueltan’ enseguida”, analizó Meza, y agregó que muchas veces “los policías están atados de manos” y no pueden actuar ante los hechos de violencia.“No tengo miedo”, remata finalmente la comerciante, una vez más, cuando se le pregunta si se puede revelar su identidad. Es que la mujer ya tiene un cuarto de siglo en San Jorge y está cansada de que todo haya cambiado para mal.Margarita Barón (37), otra vecina de la zona, agregó que “siempre son los mismos los que arman los ‘quilombos’, principalmente los fines de semana, que por ahí están tomados o drogados y la Policía no puede hacer nada porque los padres de estos chicos parece que apoyan esas actitudes”.Actualmente son cuatro los detenidos por los hechos de violencia registrados alrededor de las 5 del domingo, cuando una veintena de jóvenes de entre 16 y 22 años irrumpieron en la Octava para liberar a cuatro amigos que habían sido demorados por incidentes frente a un local bailable ubicado en Santa Catalina y Quaranta.El ataque fue perpetrado con palos, botellas, piedras y hasta un inflador de bicicleta contra unos seis efectivos policiales que montaban guardia en ese momento, tres de los cuales resultaron con lesiones luego del enfrentamiento.Una fuente ligada al caso reveló ayer a este medio que la lucha entre policías y vándalos duró entre 20 y 30 minutos, y que la situación recién pudo ser normalizada con la llegada de hombres de refuerzo.“Nunca se esperó algo así; es la primera vez que ocurre un hecho de esta naturaleza. Son de acá, del barrio, a algunos los reconocimos por la cara”, reveló un efectivo policial que vivió en carne propia el inesperado ataque.Actualmente permanecen detenidos dos hermanos, Enrique (22) y Marcelo P. (18), junto a Cristian B. (18) y René G. (22), todos domiciliados en los alrededores de la comisaría, quienes presumiblemente estaban bajo los efectos de algún alucinógeno cuando “asaltaron” la dependencia policial.Una de las versiones que trascendió en las últimas horas decía que uno de esos jóvenes tendría al menos dos pedidos de captura. Los cuatro guardarían frondosos antecedentes policiales.En tanto, permanecen prófugos otros quince jóvenes, muchos de los cuales ya estarían identificados y podrían ser detenidos con el transcurrir de las horas, según lo dispuesto por la Justicia.
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