POSADAS. Gestión, control de calidad y la cuestión tarifaria se colocan en el centro del debate cada vez que se toca el tema de la provisión de agua que brindan las cooperativas de servicios públicos en la tierra colorada. Durante el verano pasado, la discusión fue mayor -en un contexto de falta de lluvias y elevadas temperaturas-, y en donde los usuarios del servicio reflejaron a PRIMERA EDICIÓN sus inquietudes a este respecto, poniendo como eje de los reclamos las elevadas facturas que aún “sin un servicio eficiente estamos obligados a abonar por mes”, ejemplificó Mirta, una vecina de Poujade. Los montos, según su denuncias y la de otros socios, en muchos casos superaban los 200 pesos. Una situación similar se vive cerquita de allí, en el barrio Sesquicentenario, donde la provisión depende de la Comisión Vecinal, y sus habitantes pones en duda la “calidad” del agua que toman. El barrio (con una antigüedad de más de cuarenta años) no está conectado a la red cloacal y la gente teme que las napas de agua estén contaminadas…“Al no haber control eficiente de calidad en el agua que tomamos tenemos miedo de estar consumiendo agua de poquísima calidad; no sabemos si es por esto u otra cosa pero nuestros niños viven con problemas de salud”, explicó a su turno el vecino Gabriel Medina. Los dos barrios son paradigmáticos para analizar la problemática: no están alejados del microcentro y las cañerías de Samsa “nos pasan por al lado, pero por sus cañerías pasan aguas que no hemos de beber”, se quejaron. En cifras y otras yerbasDe acuerdo a los datos de relevamientos del reciente censo de población y vivienda, el 40% de los barrios capitalinos recibe la provisión de agua mediante cooperativas de servicios públicos. Al mismo tiempo, las estadísticas ponen en evidencia que el 60% de los misioneros se encuentra en la misma situación. A la vez, en Posadas, en el padrón de Acción Cooperativa se encuentran inscriptas quince (aunque a la fecha sólo seis tienen al día sus documentaciones para funcionar legalmente).Consultada sobre las políticas estatales que se piensan implementar, la ministra de Acción Cooperativa, Fabiola Blanco sostuvo que “formalmente no nos ha llegado ninguna denuncia de ningún socio que pretenda cuestionar la legitimidad sobre las tarifas que cobran las cooperativas. No hemos recibido quejas, pero de hacerlo las podemos canalizar”. “En la provincia existen tres concesiones, que son la de Posadas (Samsa), Eldorado (CEEL) y Oberá (CELO). En estos tres casos la tarifa se encuentra regulada por el Estado provincial. El resto de las cooperativas que integran este universo, situadas en las distintas localidades de Misiones se manejan bajo la naturaleza o el “paraguas” de un contrato de uso precario. En los casos donde el servicio de agua no está concesionario la tarifa depende de su consejo de administración, mediante su acto asambleario, que es su acto soberano, donde los socios se expresan y toman las decisiones, por ejemplo, las tarifarias”. La funcionaria comentó además que su Ministerio se articula con la Subsecretaría de Obras Públicas en algunas tareas de infraestructura a fin de ayudarlas a mejorar su servicio y que ello no se traduzca en un mayor costo para los socios.Por último, Bianco explicó que se trabaja en un acuerdo con el Instituto nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes) para capacitar gestores y hacer más eficiente la administración de las cooperativas.“Cada vez que una cooperativa tiene algún problema las estamos asistiendo con obras que encara el Estado para hacerlas sustentables”, explicó consultado a ese respecto el subsecretario de Obras Públicas, Macelo Bacigalupi.“Este verano tuvimos que trabajar muy cerca de ellas. Aproximadamente de las 49 cooperativas que están nucleadas en la Femicap nos solicitaron contingencia que consisten en hacer nuevas perforaciones, ya que algunas napas de agua se secaron. También trabajamos en la extensión de redes, porque si los costos los tienen que asumir ellas, la tarifa se va a elevar o más”, describió. En paralelo el presidente de Femicap, Carlos Alberto Gutiérrez aclaró: “Los controles de calidad se hacen periódicamente y no nos olvidemos que en nuestras aguas se hacen agregados de cloro y flúor y se hacen controles de esa dosificación, porque sabemos que nuestras aguas las necesitan y esto está instrumentado más o menos en todas las cooperativas”. Para Gutiérrez “hay cooperativas grandes y otras más pequeñas, por ahí estas últimas no tienen todos los recursos pero tienen el apoyo de otras para poder llevar adelante esos controles”. AccionesTanto en la ciudad capital como en el resto de los departamentos de la provincia, éstos son temas que inquietan a los socios y a las proveedoras por igual, de ahí que, en el marco de un movimiento global para entender e interpretar la importancia del recurso agua, se están delineando acciones para fortalecer a las cooperativas.
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