El Kremlin ordenó la salida de dos terceras partes del cuerpo diplomático norteamericano después de que el Congreso de Estados Unidos adoptase nuevas sanciones contra Rusia en julio, en el marco del creciente enfrentamiento entre Washington y Moscú por su supuesta injerencia en la campaña y las elecciones presidenciales que ganó Trump el año pasado.Lejos de demostrar enojo por la represalia rusa, Trump aseguró que no supone un problema, por el contrario, es un alivio."Quiero darle las gracias porque estábamos intentando reducir los gastos", dijo Trump en un encuentro con miembros de su equipo en Bedminster, en su club de golf en Nueva Jersey. "No hay razón real para que vuelvan (…). Nos ahorraremos mucho dinero", agregó el presidente estadounidense.A lo largo de la campaña del año pasado y durante los primeros meses de gobierno, Trump demostró una y otra vez su interés en mejorar las relaciones con Rusia y construir una alianza que deje atrás el período de tensión que protagonizaron Putin y Barack Obama. Sin embargo, pronto Trump vio frustradas sus intenciones, especialmente cuando las sospechas sobre un presunto complot entre su círculo íntimo y el Kremlin crecieron en Washington hasta convertirse en un escándalo político con consecuencia impredecibles. Las sospechas se acumularon hasta que el FBI y varias comisiones del Congreso federal comenzaron investigaciones paralelas, que llevaron a funcionarios a declarar bajo juramento e, incluso, desembocaron el mes pasado en el allanamiento de la casa de Paul Manafort, uno de los jefe de campaña que tuvo Trump. Fuente: Agencia de Noticias Télam
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