La Organización de las Naciones Unidas (ONU) declaró el 19 de noviembre de cada año como el Día Mundial del Inodoro y hace un llamado a las organizaciones sanitarias y los gobiernos para que tomen conciencia de la problemática de las personas que viven sin acceso a un saneamiento y a condiciones higiénicas adecuadas.
Aunque suene paradójico, en el mundo hay más personas con teléfono móvil que con acceso al inodoro.
En la Argentina, más de un millón de personas viven en casas que no tienen inodoro, y son más de 6 millones si sumamos a quienes no cuentan con descarga de agua en el inodoro. En el mundo, son 2.500 millones las personas que no tienen acceso a instalaciones de saneamiento adecuadas.
Las consecuencias son trágicas para la salud, la dignidad y la seguridad humanas, así como para el medio ambiente y el desarrollo social y económico.
Esta falta de saneamiento también ocurre en las escuelas, ya que cuatro de cada diez no tienen las instalaciones sanitarias adecuadas.
Esta fecha es una ocasión para llamar a la acción y resaltar la imperiosa necesidad de abandonar la práctica de la defecación al aire libre, especialmente en el caso de las mujeres y las niñas, quienes son particularmente vulnerables.
Según un paper científico de Unilever, que nuclea literatura científica acerca de la contaminación cruzada dentro del hogar entre diferentes zonas de origen, se halló que existe una importante propagación de fecal bacteriana del inodoro a otras superficies del hogar.
El baño no es el único lugar donde se aloja la mayor cantidad de gérmenes y bacterias, ya que se diseminan en el resto del hogar, permaneciendo en el aire durante períodos prolongados.
Los inodoros sin tapa aumentan el riesgo de contaminación ambiental. Para evitar esta diseminación, se recomienda cerrar la tapa al tirar la cadena. En este sentido, advierten que si no se baja la tapa, los gérmenes pueden propagarse hasta cuatro metros.
Algunos números
• 946 millones de personas en el mundo defecan al aire libre.
• 1 de cada 3 personas (2,4 mil millones) en el mundo aún no tienen un inodoro limpio y seguro.
• 1,8 millones de personas mueren cada año en el mundo debido a enfermedades diarreicas causada por agua, saneamiento e higiene inadecuados; un 90% son niños menores de cinco años.
• 1.000 niños mueren cada día por malas condiciones sanitarias.
• La falta de sanidad afecta la salud, la igualdad de género, educación, nutrición, el medio ambiente y la economía.
• Si la escuela no tiene inodoros, las niñas siempre abandonan cuando llegan a la pubertad.
• El 88% de las enfermedades diarreicas son producto de un abastecimiento de agua insalubre y de un saneamiento y una higiene deficientes.
• En Argentina, sólo 5% de los hogares de zonas rurales poseen conexión a cloacas. Uno de cada 2 hogares carecen de baño.
• En sólo 24 horas un germen se puede multiplicar 28 mil millones de veces.
Los baños también pueden ayudar a combatir el cambio climático
Las aguas residuales y los lodos de los inodoros contienen recursos valiosos como agua, nutrientes y energía. Los sistemas de saneamiento sostenible hacen un uso productivo de los desechos para impulsar la agricultura de manera segura y reducir y capturar las emisiones para obtener energía más ecológica.
Pero ¿qué es exactamente un sistema de saneamiento sostenible?
El saneamiento sostenible comienza con un inodoro que capture de manera efectiva los desechos humanos en un entorno seguro, accesible y digno. Luego, los desechos se almacenan en un tanque, que puede ser vaciado más tarde por un servicio de recolección o transportado por tuberías.
La siguiente etapa es el tratamiento y la eliminación segura. La reutilización segura de desechos humanos ayuda a ahorrar agua, reduce y captura las emisiones de gases de efecto invernadero para la producción de energía y puede proporcionar a la agricultura una fuente confiable de agua y nutrientes.
Curiosidades acerca del inodoro
• El inodoro fue votado como el mejor invento médico de los últimos 200 años por los lectores de la British Medical Journal. Lo eligieron por sobre la píldora, la anestesia y la cirugía.
• Su origen se remonta al año 2000 AC. en Creta, en los tiempos de la civilización Minoica. Los cretenses tuvieron inodoros, completos con cisternas alimentadas por corrientes de agua, palancas que controlaban el flujo del líquido y bajantes. También lo conocían bien los egipcios y los romanos, que inventaron un sistema de letrinas regadas por agua corriente.
• La invención del inodoro moderno se inicia en 1589 gracias a John Harrington. Como el inventor era ahijado de la reina Isabel I de Inglaterra, uno de los primeros artefactos -llamado “El Áyax”- fue instalado en el palacio de Richmond. El diseño incluía una cisterna, una reserva de agua en la taza y una manija para activar el mecanismo.
• El diseño fue evolucionando hasta que el relojero inglés Alexander Cummings inventó un sistema que consistía en la creación de una tubería en forma de S. Cuando el agua pasa por el sifón, la parte inferior de la S siempre queda con algo de agua, que actúa de cierre hermético del resto de la tubería que conecta a la alcantarilla. De este modo, se evita que los gases salgan a la habitación. Este diseño fue el punto de partida para otros diseños de inodoros más eficaces, como el de Albert Giblin en 1819.
• Durante el siglo XVIII, la utilización del inodoro se masificó y hoy, en pleno siglo XXI, mientras que en la India un 53% de los 330 millones de hogares carecen de una letrina y un 60% de la población hace sus necesidades al aire libre.
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