Roque Abel Santander y Gerardo Ramón Pinto fueron condenados -a las 11.55 de ayer- por el Tribunal Federal de Posadas a siete años y tres años y seis meses de prisión, respectivamente, como autor y partícipe secundario del delito de “comercialización de estupefacientes”.Los jueces Norma Lampugnani, Manuel Alberto Jesús Moreira y Mario Hachiro Doi, coincidieron con la solicitud de pena de la fiscal Vivian Barbosa.“Satanás” Santander fue acusado como vendedor de drogas frente a la escuela primaria 125 Martín Miguel de Güemes y el bachillerato 61, en uno de los playones del polideportivo El Zaimán, del barrio San Jorge.A la condena como “partícipe secundario” de Gerardo Pinto le fue unificada una pena de ocho años por homicidio y otra de dos años por amenazas. El Tribunal dispuso una pena única de nueve años.Ambas detenciones se produjeron a fines de octubre de 2013, pero las investigaciones de la Policía de Misiones se iniciaron en mayo del mismo año, a instancias de un oficio de la fiscal Barbosa.Los docentes de los centros educativos 125 y 61 fueron quienes alertaron que niños y adolescentes eran los principales consumidores de la droga que se vendía, a toda hora, en el barrio San Jorge. Y que los alumnos ingresaban drogados a clase.Barbosa remarcó durante su alegato la labor de los pesquisas, tres meses de filmaciones con cámaras ocultas en un predio de Vialidad frente al barrio San Jorge y Villa Cariño, desde donde captaron a la autodenominada “barra del árbol”, que se reunía frente a la escuela 125 bajo las órdenes de “Satanás” Santander; quien acercaba, principalmente, marihuana prensada oculta en una mochila para que, junto a sus cómplices, se fraccionada y vendida bajo la modalidad pasamanos en la vía pública.Los videos habrían registrado variadas transacciones de elementos u objetos por droga. Electrodomésticos y hasta una guitarra eléctrica fue canjeada por porciones de marihuana. La Fiscal resaltó que “los vecinos les tenían miedo” a los integrantes de la “barra del árbol”, porque sabían que varios de ellos tenían antecedentes delictivos, tal el caso de Pinto por homicidio por ejemplo. Y que no sólo vendían estupefacientes, sino también lo consumían y bebían en exceso en el mismo lugar, “siempre en el barrio, en el playón, o movilizándose por la zona”.En cuanto al rol de Gerardo Pinto, Barbosa no demostró vacilación, por el contrario fue contundente: “Quedó claramente identificado en varias oportunidades en los videos (…) No puede decir que (la tarde cuando lo detuvieron) sólo estaba tomando cerveza con Santander porque lo invitó”. Y agregó que a Pinto le hallaron droga suficiente para vender 56 cigarrillos o porros de marihuana.Uno de los puntos clave que habría quedado establecido en el debate, no fue soslayado por la Fiscal: la proximidad de la actividad delictiva con los establecimientos educativos. “La venta de droga se concretaba a 50 metros de la escuela 125 y a veinte del bachillerato 61”, dijo Barbosa. De esta manera la droga era de fácil acceso para los niños, porque los veían todos los días frente a la escuela.“Una imagen desagradable”Para el defensor de Santander, Ricardo Fores, tras la solicitud de Barbosa de investigar lo que sucedía en el barrio San Jorge, la Policía “sólo filmó a Santander, apuntaron directamente a él, es un clásico caso de selección delictiva”.“Grababan de 10 a 11.30 de la mañana y lo que se pudo ver fue a llamada ‘barra del árbol’ realizando el pasamanos, pero pidiendo dinero a los vecinos para comprar cerveza, eso es todo lo que se pudo observar en las filmaciones, puede ser una imagen desagradable, pero no más que eso”. Insistió que el ámbito de compartir su tiempo como consumidor reconocido de estupefacientes era el espacio público de los playones del polideportivo. “No tenía otro lugar, el club social de Santander era el árbol, la ‘barra del árbol’”, graficó respecto a las actividades del acusado.Fores también defendió que la cantidad de droga hallada a Santander “es significativa, pero no contradice a la que pueda tener un consumidor”, tal como sostuvo el acusado durante el debate.La Policía le encontró a “Satanás” Santander, marihuana suficiente para 1166 dósis.El defensor también insistió en que los videos no se vieron transacciones de drogas como tampoco la participación de escolares.“Jamás vieron a Pinto”La defensa de Gerardo Pinto, encabezada por Susana Criado, sostuvo que la detención se realizó durante la tarde y que su representado estuvo allí porque “Santander lo invitó a tomar una cerveza”. “Los investigadores nunca, jamás vieron a Pinto cuando realizaron las filmaciones”. Remarcó como llamativo que tales grabaciones se hayan producido durante la mañana y el operativo de aprehensión fue el 31 de octubre por la tarde y sin filmaciones previas al acto de ése día. También estimó que la cantidad de droga en poder de Pinto era “para mero consumo”.El Tribunal resolvió también ayer que los fundamentos de la sentencia serán presentados el próximo jueves 29 de octubre, a partir de las 18 en el edificio de calle Félix de Azara casi Catamarca.El peligroso “Rapai”Gerardo Ramón Pinto, alias “Rapai”, fue condenado el 4 de junio de 2008 por haber matado al obrero Vicente Santi el 21 de noviembre de 2005 en el acceso al polideportivo El Zaimán, barrio Villa Cariño en el sur de Posadas.Vicente Santi era un changarín de 33 años y vivía en el mismo barrio donde donde habría discutido con Pinto, quien habría estado alcoholizado, extrajo un cuchillo y mató a la víctima.Vecinos denunciaron el hecho en la seccional Octava y se produjo la detención de Pinto cuando intentaba huir en bicicleta por la colectora Juan Manuel de Rosas (ruta nacional 12).El debate oral fue realizado en el Tribunal Penal Uno, presidido por Eduardo D’Orsaneo y secundado Juan Enrique Calvo y Martín Errecaborde. La acusación del juicio estuvo a cargo de la fiscal Liliana Mabel Picazo. El expediente fue caratulado como “homicidio en riña” por el ex juez de Instrucción 2, José Luis Rey; pero durante el debate, las pruebas produjeron que la condena se eleve a una pena por “homicidio simple”.
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