Con la llegada de diciembre, el espíritu navideño y la cercanía de las vacaciones de verano, se repite una escena habitual: el deseo de “llegar bien” a la temporada estival impulsa a muchas personas a probar dietas milagrosas o planes extremadamente restrictivos. Sin embargo, lejos de ser una solución, estas prácticas pueden generar consecuencias negativas para la salud física y emocional. Así lo explicó la nutricionista Carina González en diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones.
La especialista puso el foco en un mensaje claro: no existen soluciones mágicas para bajar de peso sin riesgos.
“Con las dietas muy estrictas o los retos que prometen bajar muchos kilos en poco tiempo se pueden ver resultados, pero el problema es que no se sostienen en el tiempo y traen otros inconvenientes”, señaló González. Entre ellos, mencionó la pérdida de masa muscular, problemas metabólicos y el conocido efecto rebote, que suele llevar a recuperar el peso perdido -o incluso más- en poco tiempo.
La nutricionista insistió en que la pérdida de peso debe ser gradual, ya que los descensos bruscos generan un estrés innecesario en el organismo. “Si uno baja muy rápido, después tiende a volver al peso anterior y con muchas complicaciones más”, explicó, subrayando la importancia de consultar con profesionales antes de iniciar cualquier cambio alimentario.
Cambio de enfoque
Consultada sobre cuándo es el momento indicado para empezar a cuidarse, González fue clara: no se trata de esperar a octubre o noviembre para “llegar al verano”, sino de adoptar un estilo de vida saludable. “No es una dieta mágica, es una forma de vivir”, resumió.
En ese sentido, recomendó comer con tiempo y tranquilidad, incorporar frutas y verduras, elegir proteínas magras y apuntar a una alimentación variada, que permita controlar el apetito sin pasar hambre. Las dietas extremadamente restrictivas, advirtió, también generan impacto emocional, ya que fijar metas irreales suele derivar en frustración y abandono.
“Es mejor llevar una dieta equilibrada durante todo el año y no hacer todo apurado por ponerse la malla”, señaló.
Otro punto central fue el de las dietas de moda que prometen resultados rápidos, como bajar “siete kilos en un mes”. Frente a eso, González propuso aprender a comer mejor, sin extremos ni prohibiciones. “Ningún alimento está prohibido”, aclaró, aunque remarcó la importancia de las porciones y la frecuencia.
Como ejemplo, explicó que no se trata de eliminar la pizza, sino de reducir cantidades, acompañar con ensaladas o reemplazar gaseosas por agua saborizada natural. “Son mejores elecciones, no morirse de hambre ni hacer la dieta del limón”, dijo, al tiempo que advirtió que estas prácticas extremas suelen terminar en efectos rebote.
¿Cuánto peso es saludable bajar?
Respecto a una de las preguntas más frecuentes, González indicó que no existe una cifra universal, ya que depende del sexo, la edad, la contextura física y el peso inicial. Aun así, brindó una referencia general: “Dos o tres kilos en un mes es razonable. Y si alguien necesita bajar cinco o seis kilos, con uno por mes ya está bien”.
Por eso, volvió a enfatizar la importancia de la consulta personalizada, para definir objetivos realistas y saludables según cada caso.
La recomendación general, sostuvo, es empezar con tiempo, idealmente cinco o seis meses antes, combinando actividad física, alimentación saludable, frutas, verduras, cereales integrales y proteínas. De ese modo, la pérdida de peso es gradual y sostenible en el tiempo.
“El lunes arranco la dieta”, esa promesa tan común después de las fiestas, fue desmitificada por la nutricionista con una frase contundente: “El lunes nunca llega. Hay que empezar cuando uno tiene ganas, cuando quiere”.



