En el marco del Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, la directora del Instituto Martín de Moussy, Gladis Ledesma, sostuvo que este tipo de situaciones “no son nuevas, pero sí cada vez más visibles” y que representan “el reflejo de una sociedad atravesada por la violencia, los medios y las redes sociales”.
En diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, la docente explicó que, si bien el colegio trabaja de manera constante en la prevención y reflexión sobre la violencia escolar, las acciones deben sostenerse de manera diaria y articulada con las familias y otras instituciones.
“Nosotros nos ocupamos siempre del tema, pero nunca alcanza. Hay que estar atentos, generar espacios de escucha y mirar a los chicos, incluso cuando no hablan”, remarcó.
Ledesma contó que actualmente el colegio participa en el Congreso de Bullying organizado por los ministerios de Derechos Humanos y de Educación, donde alumnos y docentes intercambian experiencias y estrategias. Además, el establecimiento realiza charlas focalizadas por curso para tratar casos específicos y promover la prevención.
Además, señaló que una de las mayores dificultades es la rapidez con que se difunden los hechos violentos en redes sociales, lo que amplifica el impacto y muchas veces “borra en un instante el trabajo sostenido de las instituciones”. Subrayó que, aunque la tecnología “es una herramienta valiosa para la educación”, también requiere acompañamiento y control familiar: “Los padres deben mirar, preguntar y estar atentos a lo que ocurre en las redes. Hay chicos que reciben mensajes de desconocidos o sufren situaciones de grooming”.
Ledesma hizo hincapié en el rol de las familias, a las que consideró “fundamentales para acompañar el proceso educativo”.
“Cuando los padres no acompañan, la escuela asume sola una tarea que debería ser compartida. Nosotros tenemos escuela de padres, porque si no hay presencia familiar, hay una pata floja”, indicó.
En esa línea, explicó que el colegio trabaja en red con otras instituciones, incluida la policía y organismos que abordan problemáticas de violencia. “Cuando ocurre un hecho concreto, se interviene inmediatamente, se cita a los padres y se busca resolver el conflicto. No hay que naturalizar nada, por mínimo que parezca”, aseguró.
Respecto al contexto social y la escalada de violencia escolar, Ledesma consideró que las escuelas son “la caja de resonancia” de lo que sucede fuera de ellas.
“La violencia que se vive en la sociedad se traslada a las aulas. Hay que trabajar con los grupos que generan ruido y hacerlo en el momento, sin dejar pasar las cosas”, dijo.
Consultada sobre el impacto de estas situaciones en el rendimiento académico, la directora reconoció que “la estudiantina influía negativamente en algunos alumnos”, por lo que el colegio implementó un reglamento interno que limita la participación de quienes no tengan buen desempeño o conducta. “Ahora, los chicos saben que para participar deben estar bien en las materias. Eso mejoró bastante, aunque todavía no llegamos al nivel que queremos”, expresó.
Finalmente, Ledesma destacó que “la violencia escolar no se soluciona con una charla o una jornada, sino con trabajo constante. Hay que mantener la prevención viva todos los días. Si bajamos los brazos, los problemas se agravan. Faltan más espacios de escucha y más tiempo para entender lo que les pasa a los chicos”.




