El presidente Javier Milei ya habría firmado los decretos que reforman en profundidad a las fuerzas federales de seguridad. Se trata de una medida amparada en las facultades delegadas por la Ley Bases, que será oficializada el próximo lunes con su publicación en el Boletín Oficial. La reestructuración alcanza a Gendarmería Nacional, Prefectura Naval, la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) y el Sistema Penitenciario Federal, con cambios sustanciales en sus misiones, composición y zonas de actuación.
Los textos normativos ya fueron visados por la Secretaría Legal y Técnica que encabeza María Ibarzabal y recibieron el visto bueno de los equipos técnicos de la Jefatura de Gabinete, conducida por Guillermo Francos. Además, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, también suscribió los expedientes.
Desde la Casa Rosada señalan que la intención central es evitar superposición de tareas entre las distintas fuerzas, delimitar con mayor claridad sus responsabilidades y aplicar un sistema de reclutamiento más eficiente. Una de las principales metas del nuevo esquema será evitar que varias fuerzas actúen sobre un mismo operativo, especialmente en situaciones de movilización social o intervención en conflictos complejos.
Según trascendió, la iniciativa prevé una redistribución de efectivos tanto en las provincias como en la Ciudad de Buenos Aires. Estos cambios se suman a la reciente transformación de la Policía Federal Argentina, convertida en una fuerza federal de investigación, con funciones similares al FBI estadounidense. Ya está en funcionamiento el Departamento Federal de Investigaciones (DFI), que tiene atribuciones ampliadas, incluyendo la posibilidad de realizar detenciones sin orden judicial por un máximo de diez horas ante indicios de delito.
La reforma toma como referencia directa el modelo de fuerzas federales de Estados Unidos. La inspiración proviene de organismos como la Guardia Nacional, la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) y la Guardia Costera. “La intención de la reforma es que cada fuerza esté enfocada en una función y no se disperse ni se choque con otra”, sostienen fuentes del Ejecutivo.
Uno de los ejes centrales será el rediseño de la Policía de Seguridad Aeroportuaria, que pasará a ser una fuerza específica de transporte. Dejará de actuar solamente en aeropuertos y pasará a encargarse de la seguridad en toda la infraestructura vinculada con trenes, colectivos y aviones. El objetivo es evitar que deban destinarse recursos de la Policía Federal a custodiar estaciones o terminales.
Por su parte, Gendarmería Nacional conservará la potestad de intervenir en hechos que alteren gravemente el orden público, especialmente si superan las capacidades de las policías locales o si adquieren características de guerrilla. Prefectura, en tanto, mantendrá su rol en la seguridad de mares, ríos, canales y aguas navegables, así como en las costas y puertos de jurisdicción nacional.
(Fuente: TN)