En las últimas semanas trascendieron acciones del yaguareté en el norte provincial, acercándose a chacras y establecimientos, en aparente búsqueda de alguna presa (ganado) para alimentarse, lo que llevó a diferentes actores vinculados a la conservación del felino a exponer su mirada sobre el tema.
Desde Ohana Centro de Rescate, gestionado por la Fundación Dante Piesco, afirman que en Misiones “la convivencia con el yaguareté no es una promesa, es una realidad construida con presencia, conocimiento, consenso y ya está marcha”.
Días atrás, desde la Red Yaguareté, su director ejecutivo, Nicolás Lodeiro Ocampo, había manifestado, entre otras cosas, que “las respuestas a depredaciones de los yaguaretés hasta hoy fueron inadecuadas” y criticó la “falta de un protocolo formal para manejar ese tipo de situaciones” por parte del Estado.
Ante ello, Fernando Piesco, señaló a PRIMERA EDICIÓN “el trabajo coordinado entre instituciones públicas y organizaciones civiles demuestra que el consenso ambiental público-privado es la única vía real y efectiva para la convivencia con el yaguareté. En los últimos días, algunas declaraciones públicas, emitidas desde fuera del territorio, han puesto en duda la eficacia de las respuestas ante los eventos de depredación por parte de yaguaretés en Misiones y por trabajar en terreno todos los días considero necesario aportar claridad, datos concretos y una perspectiva responsable”.
Indicó que “afirmar que la respuesta a los casos de depredación es ‘inadecuada’ nos habla de un desconocimiento del despliegue que ocurre en terreno no solo es injusto, sino potencialmente peligroso. La ciudadanía merece saber que sí hay un plan de acción, que sí se interviene, y que sí hay resultados”.
Acciones concretadas
Piesco mencionó cuáles fueron las acciones llevadas a cabo en los últimos casos concretos y dijo que, en la localidad de Andresito, “tras depredaciones reportadas, se capturó al ejemplar (Kunumí), se le colocó un collar de rastreo y se trabajó con los productores locales para mejorar el manejo del ganado y reducir los conflictos. Intervinieron Proyecto Yaguareté, Aves Argentinas, Instituto Misionero de Biodiversidad (IMiBio), Güirá Oga y el Ministerio de Ecología”.
En la zona de Iguazú, más precisamente en las 2000 Hectáreas, se llevaron adelante acciones educativas y acompañamiento técnico, consolidando estrategias de convivencia.
Tanto en Puerto Esperanza como en Wanda, “donde ocurrieron los últimos casos registrados de depredación de un ternero por parte de un yaguareté, se instalaron cámaras trampa y dispositivos de iluminación disuasoria (Foxlights), además de brindar recomendaciones de manejo ganadero para reducir riesgos. Allí intervinieron Fundación Vida Silvestre, Proyecto Yaguareté, IMiBio y Ministerio de Ecología”.
Por otro lado, en la zona sur del Corredor Verde, en 2 de Mayo y Aristóbulo del Valle, “también se han registrado alertas recientes que fueron atendidas con rapidez. En una de ellas, miembros del equipo territorial de Ohana, junto al director de Áreas Protegidas del Ministerio de Ecología asistieron a una comunidad que reportó el avistamiento de un felino de gran porte. Tenían miedo, como es natural frente a lo desconocido. Pero gracias al asesoramiento, la escucha activa y el acompañamiento sostenido, con el apoyo de Proyecto Yaguareté, se instalaron cámaras y se promovió el seguimiento de la situación. El resultado fue una comunidad empoderada, comprometida con la conservación y ningún yaguareté lastimado”.
Según Piesco, “la provincia se ha convertido en una referencia internacional en políticas públicas de conservación. Desde la implementación de bonos de carbono hasta la creación de un seguro de compensación por depredaciones, Misiones apuesta a la convivencia con la fauna silvestre como un camino viable, innovador y necesario. En ese marco, organizaciones de la sociedad civil y organismos del Estado trabajamos codo a codo, como en un cónclave ambiental, para garantizar la convivencia con especies emblemáticas como lo es el yaguareté. Y esa alianza se materializa con presencia en territorio, con decisiones rápidas, recursos invertidos y conocimiento técnico”.
Insistió en que “cuando alguien afirma públicamente que ‘no se está haciendo nada y niega la existencia de acciones claras y efectivas’, sin tener participación en los operativos, presencia en territorio ni información actualizada, genera miedo, desinformación y pérdida de confianza social”.
Guardianes
“No se trata de entrar en polémicas estériles, porque lo que está en juego no es un nombre, sino algo mucho más valioso: la confianza de la sociedad en que es posible vivir junto a la naturaleza sin miedo”, dijo Piesco.
Desde Ohana “alentamos a la comunidad a apostar por una convivencia sana, responsable y comprometida, sabiendo que los misioneros, y los argentinos, somos guardianes de uno de los últimos grandes tesoros de biodiversidad”.