En los supermercados de barrio de Posadas, algunos alimentos esenciales como el pollo y el huevo comenzaron a mostrar una leve baja en sus precios, tras meses de incrementos y una alta demanda estacional. Sin embargo, otros sectores aún no logran acomodarse y la gente no ve una disminución en las góndolas, a pesar de que la inflación es poca.
En diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones el comerciante local, Nelson Lukowski, afirmó que en alimentos como el pollo y el huevo “los precios se vinieron abajo”.
El descenso se percibió con fuerza en mayo, cuando el precio del pollo bajó casi un 20% y el huevo comenzó un descenso gradual después de varios meses de alzas provocadas, entre otros factores, por problemas en la producción avícola a principios de año. “Con todos los problemas que había tenido lo agrícola, con el tema de los calores y también el desplome, el huevo empezó a bajar lentamente”, detalló Lukowski.
A pesar de estas señales positivas, el consumo continúa siendo cauteloso y medido. “La gente se acostumbra bastante a manejar el consumo según el precio que encuentra en la góndola”, explicó el comerciante. Previamente, la gente compraba para una semana o diez días, aunque ahora con la inflación y estabilidad en los precios comentó que están evitando compras en cantidad y acumulaciones, tal como hacían antes debido a la incertidumbre económica.
La llegada del pago del aguinaldo en los próximos meses se perfila como un momento clave para el sector comercial, aún golpeado y en proceso de recuperación. “Los que entre todos estamos trabajando, como lo venimos haciendo estos últimos años, yo creo que la mayoría va a poder abonar el aguinaldo”, señaló Lukowski, quien indicó que esta inyección económica suele reactivar el consumo.
Asimismo, otros productos importados también han experimentado una baja en sus precios debido a la entrada de mercancía valuada con un dólar más bajo que el que rigió hasta fines de 2023. Sin embargo, Lukowski advierte que “hay empresas que todavía no acomodaron sus precios y siguen especulando”.
En cuanto a la carne vacuna, el panorama sigue complicado, porque los proveedores no pueden reducir los costos. Aunque la demanda por pollo y cerdo crece, por ser más accesibles, en carne bovina “los frigoríficos no pueden bajar los precios porque están vendiendo a China a precios altos y no tienen stock para el mercado interno”, compartió el comerciante.
Por eso, detalló que puede existir una diferencia de precios entre los comercios, quienes van trabajando con distintos porcentajes y lamentó también que en algunos casos los márgenes de ganancia son cada vez más bajos: “el precio de la carne llegó a un techo porque tampoco le pueden subir más porque el mercado interno no va a consumir”, advirtió.
Además, el cambio en las formas de pago refleja la adaptación a la realidad económica. “La libreta del almacenero se transformó en la tarjeta de crédito en una cuota”, contó Lukowski, y resaltó que muchos clientes compran con tarjeta desde el día 20 del mes y pagan a los 30 días.