La cosecha de yerba mate en Misiones y Corrientes enfrenta en 2025 una crisis histórica, con un ingreso de hoja verde de apenas 65.018.623 kilogramos en el primer trimestre, solo el 6,5% de los 987.117.193 kilos registrados en el mismo período de 2024.
Mientras los empresarios yerbateros reportan un inicio de cosecha con cierta normalidad y proyectan un repunte en mayo, los productores alertan sobre una parálisis en la actividad, precios insuficientes y una caída generalizada de la producción. Este contraste revela las tensiones en un sector golpeado por la crisis económica y operativa.
“No se ve movimiento de yerba”
Los productores describen un escenario de estancamiento. Cristian Klingbeil, productor de la zona centro, expresó su preocupación. “En marzo las estadísticas marcaron un mal mes, en abril creo que puede llegar a ser peor en caída de producción”, aseguró a PRIMERA EDICIÓN.
Klingbeil relató una situación alarmante para un sector que atraviesa unos años más que difíciles, a partir de la desregulación del DNU 70/23. “Salimos a la ruta en una zona donde hay dos secaderos de yerba y ni a la media mañana, ni al mediodía, ni a la tardecita nos cruzábamos con camiones que hayan llevado yerba o que estén saliendo de descargar. No se ve movimiento de yerba”. Este silencio en las rutas, donde antes abundaban los camiones cargados, es, para el referente agrario, una evidencia la gravedad de la crisis.
Klingbeil también denunció los bajos precios. “En mi zona están pagando 230 o 240 pesos por kilo, es una vergüenza esos números”. Según él, los costos de la tarefa ($45 por kilo), la corresponsabilidad gremial y el flete reducen las ganancias a casi nada, lo que lleva a muchos a no cosechar. “Por eso mucha gente opta por especular y dejar la yerba en planta”, explicó. En un tono de frustración, añadió que, en los últimos tiempos ya ni “cosechan libertarios, ni kirchneristas, ni renovadores, ahora todos estamos en la misma bolsa, la crisis nos pegó parejito a todos, entonces no hay excusa ideológica para justificar ese cese de cosecha”. Para el exrepresentante de APAM, esta decisión de dejar la yerba sin cosechar refleja la desesperación de los productores frente a un mercado que no les ofrece rentabilidad.
Una caída histórica
Los datos del INYM confirman las advertencias de los productores. El ingreso de hoja verde en 2025 representa menos del 10% del volumen de 2024, un colapso sin precedentes.
En 2021, el sector registró 882,1 millones de kilos, liderado por la zona centro (324,4 millones), la zona noreste (212,4 millones) y Corrientes (109,1 millones). En 2022, el volumen cayó a 829,2 millones, con pérdidas significativas en la zona sur y Corrientes. La baja continuó en 2023, con 774,5 millones, el menor valor del período.
Sin embargo, 2024 marcó un repunte, alcanzando 987,1 millones de kilos, impulsado por Corrientes (148,8 millones) y la zona Noreste (257,5 millones).
La caída de 2025, con solo 65 millones de kilos, rompe esta tendencia de recuperación. Ninguna zona superó los 10 millones de kilos, un contraste drástico con los años anteriores.
Corrientes, con 34,8 millones, fue la única región que superó los 30 millones, pero aun así está muy por debajo de su desempeño en 2024. Estos datos sugieren que la información de 2025 podría estar limitada a enero, a diferencia de los trimestres completos analizados en años previos.
Por un mayo histórico
Desde el sector empresarial, las voces reflejan optimismo. Marcelo Ruzak, empresario yerbatero de Leandro N. Alem, Misiones, aseguró que la zafra avanza según lo planificado en su zona. “Para nosotros la cosecha arrancó con normalidad. Puede que sea un arranque más tímido, pero se ve movimiento en todos los secaderos de la zona”, explicó a este Diario.
Según Ruzak, el precio promedio de la hoja verde se ubica en $300 por kilo, un valor que considera razonable para el comienzo de la temporada. Su confianza se basa en la actividad observada en los secaderos, que, a pesar de un inicio lento, están operativos. “El arranque fue algo tímido, pero ya todos están empezando a funcionar”, enfatizó.
En la zona del Alto Uruguay, Renzo Klimiuk, de Klimiuk Infusiones, también proyectó un panorama positivo, aunque reconoce demoras por un paro reciente. “Después del paro, los secaderos más chicos recién están arrancando ahora el próximo lunes, solo estaban trabajando los secaderos más grandes”, explicó.
Klimiuk señaló que el precio de la hoja verde en su región es de aproximadamente $305 por kilo, pero espera que el valor real se defina cuando todos los secaderos operen a pleno.
Con entusiasmo, afirmó que, “en mayo va a haber mucho movimiento. Mayo va a ser récord de cosecha”. Esta proyección se sustenta en su expectativa de que la actividad se intensifique en las próximas semanas.
Sin embargo, las estadísticas brindadas por el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), en los últimos días, contradicen este optimismo. El ingreso de hoja verde en 2025 se desplomó en todas las zonas productoras. La zona centro, líder histórica, cayó de 334,3 millones de kilos en 2024 a 6,7 millones. Corrientes, que aportó 148,8 millones el año pasado, registró solo 34,8 millones.
La zona noreste pasó de 257,5 millones a 5,2 millones, la zona sur de 107,9 millones a 6,9 millones, y la zona este de 69,2 millones a 2,8 millones. A pesar de estos números, los empresarios confían en que mayo marque una recuperación.
Precios y tensiones
La brecha de precios entre empresarios y productores agrava las tensiones. Mientras Ruzak y Klimiuk reportan $300-$305 por kilo, Klingbeil denuncia que en su zona los valores no superan los $240, un monto que considera insostenible.
Esta disparidad refleja diferencias regionales y una desconexión entre los actores de la cadena. Los empresarios, que controlan los secaderos, parecen beneficiarse de precios más estables, mientras que los productores, en la base de la cadena, enfrentan márgenes ínfimos que los empujan a suspender la cosecha.
La decisión de dejar la yerba en planta, como señaló Klingbeil, es una estrategia de supervivencia, pero podría reducir aún más el suministro de hoja verde, afectando a los secaderos y al mercado. Esta práctica, aunque lógica desde la perspectiva de los productores, pone en riesgo la estabilidad del sector a mediano plazo.
Encrucijada
El contraste entre el optimismo de los empresarios y la desesperación de los productores presenta la complejidad de la crisis yerbatera en 2025. Ruzak y Klimiuk apuestan por un mayo récord, confiando en la reactivación de los secaderos y un aumento en la actividad.
Sin embargo, Klingbeil advirtió que la falta de movimiento en las rutas y los precios irrisorios son señales de un problema estructural. Las estadísticas, con una caída del 93,5% en el ingreso de hoja verde, respaldan las preocupaciones de los productores y cuestionan las proyecciones empresariales.
El futuro de la yerba mate dependerá de la capacidad del sector para superar las dificultades económicas, negociar precios justos y reactivar la cosecha. Con una producción que apenas alcanza el 6,5% del año anterior, la yerba mate, pilar cultural y económico de Misiones y Corrientes, enfrenta un momento crítico que exige soluciones urgentes para evitar un colapso mayor.
Sector en lucha
El pasado martes, productores autoconvocados de diferentes puntos de la provincia se reunieron en Campo Grande para establecer acciones a seguir, en el marco de la lucha agraria que vienen sosteniendo en los últimos dos años.
Entre las decisiones tomadas pretenden llegar con sus reclamos tanto a las autoridades provinciales como nacionales.
Desde este último ámbito, no tuvieron respuesta ninguno de los sectores que vienen reclamando, ni sobre la restitución de facultades al INYM, ni la designación de un director como tampoco retroceder en las desregulaciones dispuestas.