Un hombre de 74 años protagonizaba las crónicas policiales del 4 de abril de 2005, cuando falleció tras desmoronarse una excavación de 3 metros de profundidad donde busca oro.
El trágico episodio se registró en una vivienda particular, situada en la intersección de las calles Rivadavia y Pellegrini, en la zona urbana de San Ignacio. Los dos hombres cavaban una fosa cuando los paredones de tierra cedieron y se derrumbaron.
La víctima fue identificada como Fermín Ibarra, un cabo retirado de la Policía de Misiones que residía en una propiedad lindante al lugar del hecho. En la búsqueda del oro lo acompañaba un joven de 27 años que resultó ileso, a pesar de que permaneció largo tiempo sepultado bajo tierra, hasta que pudieron rescatarlo entre policías y vecinos.
Distinta suerte corrió Ibarra, quien fue trasladado de urgencia al hospital de área local pero llegó ya sin vida: quedó más abajo que su compañero en la fosa y por ello no pudo resistir mucho tiempo la presión de la tierra bajo la cual quedó atrapado, por lo que falleció asfixiado.
En su momento se dejó en claro que los dos excavadores tenían permiso de la propietaria del terreno donde sucedió el hecho para buscar el precioso metal.