
El triste final para un cacique de más de 100 años no empaña la idea de pensar que murió como un verdadero héroe.
Aparicio Benítez había decidido, pese a su estado de salud y su edad, acompañar a su nieta de 14 años hasta un hospital en Brasil, porque fue mordida por una víbora en la Biósfera Yabotí (San Pedro).
A pocos metros de llegar a la frontera, la niña cruzó para ser asistida en el hospital Itapiranga (Brasil).
Antes de despedirse, habían acordado que su abuelo regresaría a la comunidad Tacuaruzú, donde vivían, pero pasaron varios días y no se supo nada de su paradero. Tres días después fue encontrado su cuerpo.