Lo que debía ser un viaje de ensueño se convirtió en una pesadilla para José Benítez y Kathia del Puerto, una pareja paraguaya que vivió momentos de terror cuando la lancha en la que viajaban se partió en dos y naufragó en mar abierto.
El domingo 2 de marzo, los recién casados se embarcaron en un tour desde Cartagena hacia la Isla Palma. Sin embargo, la embarcación en la que iban presentaba problemas desde el inicio. “José no se sentía bien, habíamos pasado una mala noche porque se intoxicó con algo que comimos, así que estuvimos a punto de no ir; pero como había sido la excursión que nos había salido más cara y no tenía reembolso, fuimos igual”, relató Kathia en un video publicado en su cuenta de Instagram.
La travesía se tornó preocupante cuando la lancha comenzó a luchar contra una marea agitada. “Iban a ser 40 minutos, pero la marea estaba muy fuerte, la lancha iba rompiendo olas, como si le costara avanzar, y mi esposa ya iba rezando desde que zarpamos, tapándose la cara con una toalla porque tenía mucho miedo; y encima ella no sabe nadar”, contó José.
El momento crítico llegó cuando un fuerte impacto hizo que la embarcación se partiera en dos. “Vi con mis propios ojos el momento en que la nariz del bote se partió en dos”, agregó el hombre. Aunque los guías intentaron tranquilizar a los pasajeros asegurando que la nave tenía bombas de aire, un minuto después la embarcación se hundió.
Durante tres horas, 42 personas quedaron flotando en mar abierto, aferradas a lo que encontraban para mantenerse a flote. “Todo el mundo haciendo promesas a Dios y esperando la tragedia, teníamos miedo que nos comiera un tiburón; y encima había dos embarazadas, gente vomitando, acalambrada, que no aguantaba más estar en el agua”, narró Kathia.
El rescate llegó gracias a un pescador que se desvió de su ruta habitual debido a los fuertes vientos. “Yo estaba rezando el Padre Nuestro todo el tiempo, y después llegó el bendito pescador, que nos contó que esa no era su ruta”, recordó la joven paraguaya. Sin embargo, su lancha era demasiado pequeña para rescatar a todos, por lo que los más afectados fueron subidos primero, mientras el resto permanecía a la deriva.
Gracias al pedido de auxilio del pescador, la Armada colombiana llegó al lugar y rescató a todos los tripulantes, quienes sufrieron heridas leves. “Todos estaban llorando, muchos se desmayaron, y encima nos llevaron de vuelta a la isla; a esa isla que ya no queríamos ver más ni en nuestras pesadillas”, relató la pareja.
Finalmente, lograron regresar a Paraguay después de perder su documentación en el naufragio. Como anécdota, José contó que perdió su anillo de casado en el mar: “Ahora nos tendríamos que casar de nuevo”, bromeó, aliviado por haber sobrevivido a la aterradora experiencia.
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