La demanda de asistencia de salud mental en el sector público de la salud es muy alta en Misiones, y según confirmó el director de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, Nicolás Aranda, los principales motivos de consulta no difieren a los del resto del país: ansiedad y depresión.
“Hace poco se editó un libro que se llama la ‘generación ansiosa’ que justamente busca poner sobre la mesa esta cuestión de cómo la tecnología genera ansiedad”, analizó el especialista en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones.
“Fue un año muy intenso de trabajo, por la problemática en sí que no se toma vacaciones y por otro, porque hubo mucho impulso desde la Provincia. Fue una decisión política de la Provincia darle mucho impulso a todo lo que tiene que ver con la salud mental y fue un desafío para nosotros porque no solo implicó hacer propuestas de trabajo en el marco de Salud Pública sino también elaborar puentes hacia otras áreas como la Policía, 911, Ministerio de Educación… para tratar de ser lo más integral posibles. Para que a la gente le llegue lo que hacemos a través de capacitaciones, charlas, que la información esté accesible para que puedan acceder a mejores condiciones de vida con lo que ofrece salud mental”, señaló.
Suicidio
“El suicidio es un tema que preocupa mucho al Gobernador (Hugo Passalacqua), si bien Misiones no tiene una de las tasas más altas, es un tema en agenda con el que estamos trabajando”, indicó Aranda.
Según contó, la Dirección de Salud Mental creó en octubre pasado un equipo de seguimiento y acompañamiento de los casos de intento de suicidio o ideación que les pasan desde el 911, las autoridades de educación y los hospitales. “Desde octubre recibimos alrededor de 200 casos, 88 de ellos de la Zona Capital. Trabajamos esos casos con información de datos personales y en base a eso vemos dónde se atenderán, cuándo tiene el turno, nos contactamos con la persona y su entorno familiar, si es necesario hacemos una visita en domicilio para ver si se puede orientar mejor a la familia, se establecen contactos semanales con la persona, a veces por mensaje de Whatsapp o llamado”, detalló.
Cuando el suicidio se produce, también interviene la Dirección de Salud Mental.
“Tenemos una intervención que se llama posvención, que es con la familia que sobrevive a esa situación y también hacemos un seguimiento, obviamente respetando los tiempos y sin apurar el duelo de la persona pero viendo hacia dónde impactó porque, por ejemplo, si es alguien que está en edad escolar y lleva adelante un suicidio, el grupo de la escuela puede estar afectado. En estos casos se hacen intervenciones en conjunto con el equipo de educación para ver si hay que hacer detección de otros posibles casos”, precisó Aranda.
Espacios de escucha
Según precisó, este año armaron espacios de escucha para adolescentes y sus familias.
“Estos espacios de contención psicosocial no implican un tratamiento sino un lugar donde se pautan tres encuentros con ellos y sus familias. Ahí recibimos a los casos de riesgo bajo y moderado, cuando hablamos de esta problemática. No necesariamente necesitan un tratamiento psicológico, psiquiátrico o un abordaje por trabajador social. Esto es así porque lo que está visto es que, cuando hablamos de suicidio, no está necesariamente asociado a un trastorno de salud mental, sino que son reacciones de la conducta ante ciertas circunstancias vitales. Por supuesto, que sí hay personas que tienen un diagnóstico de padecimiento mental y tienen alguna ideación o intento, pero este no es el caso de la mayoría”, explicó.
Capacitación
La Dirección de Salud Mental también capacitó al personal de la Red de Traslado y de la Policía, incluido a los psicólogos de la fuerza. “También hicimos mucha prevención y promoción en las escuelas porque vimos muy buenas respuestas en esos espacios”, detalló el responsable del área.
“Suele haber un disparador“
Consultado sobre si la cuestión económica es un motivo común que lleva al suicidio, Aranda indicó que “hay múltiples factores que inciden y la cuestión económica es uno de ellos. Nuestro número grueso de intentos y consumados son varones entre 20 y 25 años… entonces estamos hablando de qué oportunidades y espacios se les ofrece, porque un trabajo también contiene y te vincula con otras personas. Generalmente, suele haber como denominador común disparadores como discusiones con la pareja o la familia, la pérdida de un trabajo, pero cuando uno indaga hay todo un combo de cuestiones que inciden”.
Indicó que muchas veces aparecen cuestiones que hacen a los vínculos pero también la fragilidad laboral y las dificultades de proyectarse a futuro.