En una colaboración estratégica entre el Observatorio de Datos Socioeconómicos de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM); la Red Alimendar y Cocineras Comunitarias de Misiones, se presentó el informe de la segunda etapa de relevamiento exhaustivo sobre los comedores y merenderos en la zona oeste de Posadas.
Este informe ofrece una visión integral sobre el funcionamiento y las necesidades de estos espacios cruciales para la asistencia alimentaria en la provincia de Misiones, históricamente afectada por altos índices de pobreza, en donde estos comedores y merenderos son un recurso vital para las familias más vulnerables.
El relevamiento se llevó a cabo mediante un cuestionario estructurado aplicado a los responsables de comedores y merenderos en la zona delimitada por las siguientes avenidas: San Martín, Quaranta, Jauretche y Río Paraná. La encuesta realizada en octubre de 2024 a un total de 17 barrios populares, en donde se identificaron 16 comedores/merenderos, abarcó aspectos como infraestructura, servicios básicos, financiamiento, servicios que ofrecen, forma de provisión de alimentos y características de las personas a cargo de dichos espacios. Los datos fueron recopilados y procesados a través de Google Forms, facilitando una base de datos detallada y robusta.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Carolina Bulloni, directora del Observatorio de Datos Socioeconómicos de la UNaM, expresó: “El trabajo comenzó en diciembre de 2023 bajo la coordinación de la Red Alimentar y Comunidades Comunitarias. Ellos realizaron un primer relevamiento en la zona Oeste, delimitada por las avenidas principales. Nosotros nos sumamos en junio de este año, tras firmar un convenio con estas organizaciones, para aportar asesoramiento metodológico y dar continuidad a las encuestas”.
Principales desafíos
Los problemas más frecuentes en estos espacios son la provisión de alimentos y el aumento de personas que acuden a ellos. “En la zona oeste de Posadas, el 56% de los comedores y merenderos cumplen funciones combinadas de comedor y merendero. Estos establecimientos enfrentan condiciones de gran precariedad, donde 15 de los 16 estaban en funcionamiento”, subrayó.
“En promedio, cada comedor atiende a 121 personas por día. El que menos atiende, recibe 20; y el que más, 250”, destacó Bulloni.
Sin embargo, más de la mitad de estos lugares no cuenta con infraestructura adecuada. “La mayoría operan en espacios no exclusivos, ubicados en los hogares de los referentes (66%), carecen de cloacas y de espacios exclusivos para cocinar”, agregó.
La mayoría de los comedores ofrece alimentos para llevar (87%), una modalidad adoptada durante la pandemia que se mantuvo. Además de brindar alimentación, muchos ofrecen actividades sociales y educativas como apoyo escolar, talleres de nutrición y campañas de vacunación.
Financiamiento y autogestión
El estudio también reveló que el 33% de los comedores recibe apoyo financiero provincial, un 13% municipal, mientras que más del 50% depende de instituciones como iglesias y ONG. “La presencia del Estado es baja, y ninguno de estos espacios se autogestiona mediante la venta de productos. Sin embargo, el 86% recibe donaciones regularmente”, explicó la directora del Observatorio.
En cuanto a los alimentos ofrecidos, se destacan la carne de pollo y cerdo, verduras crudas, mientras que la polenta es el acompañamiento más común. “Las comidas son elaboradas principalmente por bolsas o cajas brindadas por el Estado en menor medida recurren a la compra en comercios minoristas”, explicó Bulloni.
Una actividad feminizada y gratuita
La investigación destacó que la labor en comedores y merenderos es mayoritariamente realizada por mujeres: “El 69% de quienes están a cargo son mujeres mayores de 40 años. Ninguna recibe un pago por su tarea, aunque algunas acceden a planes sociales como el programa Potenciar Trabajo (37%)”.
Asimismo, agregó que el nivel educativo de más de la mitad de los referentes no supera el secundario completo.
Bulloni concluyó subrayando la importancia de este relevamiento: “Este trabajo nos permite entender la situación de los comedores comunitarios con datos concretos. Estos insumos son esenciales para desarrollar políticas públicas que mejoren las condiciones de estos espacios y el bienestar de las comunidades”.