El dengue sigue afectando a miles de argentinos y encima se vienen los meses de mayor contagio en todo el territorio nacional. A pesar del peligro latente, sólo 102.316 argentinos tienen dos dosis de la vacuna, según lo reveló el Ministerio de Salud de la Nación.
El esquema completo es considerado “imprescindible” por las autoridades sanitarias para combatir la gravedad de la enfermedad. Por lo tanto, es preocupante que hasta el 25 de noviembre se aplicaron 514.029 dosis contra la infección en todo el país; 54% corresponde al sector público y 46%, al sector privado. De ese total, 411.713 son primeras dosis, mientras se inyectaron 102.316 segunda dosis en igual cantidad de personas.
En el caso de Misiones solamente 5.097 personas se inocularon con las dos dosis. Asimismo, unas 6.320 recibieron la primera vacuna, pero no completaron el esquema sanitario de prevención.
Desde el Ministerio de Salud de la Nación indicaron que distribuyeron 58.000 dosis a Córdoba, Catamarca, Misiones, Salta, Jujuy, Formosa, La Rioja, Santiago del Estero, Entre Ríos y Chaco. Estas provincias, en departamentos específicos, fueron “priorizadas” para “complementar” la estrategia que lleva adelante cada una. Los criterios seguidos incluyen indicadores epidemiológicos (incidencia acumulada de casos y proporción de casos graves, entre otros) y sociosanitarios (densidad poblacional).
El stock de vacunas incluye las compradas por la Nación y enviadas a las provincias, así como las que las gobernaciones adquirieron por su cuenta, publicó La Nación. Cabe aclarar que cada jurisdicción estableció criterios propios de segmentos poblacionales a inmunizar.
En la temporada de dengue 2023-2024 (que se cuenta de agosto a agosto), la Argentina registró la epidemia de la enfermedad más grave de su historia, con 556.820 contagios y 404 muertes. Para evitar otro brote de magnitud, este año las provincias diseñaron estrategias de inmunización, con distintas prioridades: algunas se focalizan en la población de 15 a 39 años, otras en quienes tuvieron ya la infección y la cursaron con internación, mientras que otras comenzaron inmunizando a los equipos de salud. Por esta diferencia de criterios, no hay una estimación de población objetivo a vacunar y, por lo tanto, no se puede establecer un porcentaje de lo que ya se avanzó.
Datos por provincias
Según los datos suministrados por la cartera sanitaria nacional, con 138.743 vacunas colocadas (41.832 personas con dos dosis) la ciudad de Buenos Aires es la jurisdicción que encabeza el ranking de inmunización en valores absolutos; le siguen la provincia de Buenos Aires con 97.026 (20.837 personas con esquema completo) y Tucumán (57.349, de las que 6439 son segundas dosis). Formosa, distrito que concentra 75% de los casos confirmados al 21 de noviembre, según el último Boletín Epidemiológico Nacional, suma 3565 dosis suministradas (63 esquemas completos).
En Córdoba, por ejemplo, donde se vacuna a los internados entre 15 y 59 años y a los equipos de salud, según datos del Ministerio de Salud provincial al 22 de noviembre habían recibido la primera dosis 44,2% (60% personal de salud y entre 35% y 38% expacientes). En la tabla difundida por la cartera sanitaria nacional, figura con un total de 37.382 dosis aplicadas, de las cuales 3707 son segundas.
En Salta, provincia en la que el dengue es endémico y que comenzó a inmunizar a fines de enero, se colocaron 33.846 dosis (28.962 primeras dosis y 4884 esquema completo), según información brindada por la gobernación. Al sistema público, se especificó, le corresponden 25.762 de ese total (23.241 primeras dosis y 2521 segundas). Los datos nacionales, que pueden tener algún atraso en la carga desde las jurisdicciones, le adjudican 24.868 primeras dosis y 4343 segundas.
Riesgo grande
Roberto Debbag, vicepresidente de la Sociedad Latinoamericana de Vacunología, evalúa que en el sector privado de las zonas urbanas hay una “sobredemanda”, mientras que es menor entre quienes pueden acceder a la inmunización en el sector público. Coincide con ese diagnóstico el epidemiólogo Hugo Pizzi.
Debbag admitió que no hay una sola respuesta sobre por qué no se registra tanta adherencia a los programas públicos: “La gente se vacuna, está comprobado, al percibir que hay más riesgo de enfermedad y complicaciones. En cambio, no lo hacen quienes piensan que el efecto adverso es peor que la enfermedad”.
Pizzi subraya que son “excepcionales las malas experiencias” por vacunación y que está comprobado que la relación “costo-beneficio es muy positiva, por lo que todos, desde los 4 a los 60 años deberían vacunarse”. Entiende que seguramente, a medida que empiece a crecer el número de casos, habrá más interesados en inmunizarse. “No hay que llegar a eso; ya estamos en un clima subtropical, no hay que aguardar a que veamos internaciones para ir a vacunarse”, repite.
En tanto, desde la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) indican que existen listas de espera en las farmacias; el stock a disposición de las distribuidoras resulta limitado en todo el país y no hay fecha de normalización.