El jueves 28 de noviembre, docentes del CEP 20, ubicado en la avenida Zapiola al 1497 de Posadas, presentaron una extensa denuncia formal ante el Consejo General de Educación (CGE). En el documento, acusan a la directora Gladys Toledo y a la vicedirectora Miriam Villafañe de una serie de conductas que incluyen “continua y sistemática violencia laboral: hostigamiento, agresión, intimidación, discriminación, amenazas, acoso laboral, persecución, abuso de poder, maltrato y falta de respuesta administrativa”.
La denuncia, respaldada por testimonios y pruebas documentales, contó con el respaldo de la UTEM y la CTA Autónoma de Misiones.
Los docentes firmantes “exigen con carácter de urgente la intervención del CEP 20 el cese inmediato la intimidación, la discriminación, las amenazas, el acoso, la persecución, es decir, la violencia institucional y laboral contra las y los docentes, la separación del cargo de las victimarias y que se apliquen sanciones correspondientes a este tipo de conducta”.
Años de maltrato y denuncias desoídas
La docente Nerea Samaniego, una de las firmantes de la denuncia, relató a PRIMERA EDICIÓN que las situaciones de abuso se remontan a más de 12 años. “Esta directora ha maltratado y hostigado tanto a docentes como a alumnos durante más de una década. Existen nueve denuncias previas que nunca fueron atendidas por el Consejo. Muchos docentes, agotados o enfermos, han abandonado la institución o se han jubilado sin que nada cambiara”, explicó.
“Intentamos dialogar con la directora a través de notas, pero nunca nos respondió. También recurrimos a la supervisora, Doris Gómez, quien tampoco tomó medidas, a pesar de haber sido informada de la situación en múltiples ocasiones”, agregó Samaniego.
Un ambiente hostil y dañino
El documento señala que “la dirección no comunica en tiempo y forma, por los medios legales e institucionales las actividades escolares. Ello, producto de que en muy pocas ocasiones se utiliza el libro de circulares. Desde la aparición del Whatsapp la directora Toledo ha institucionalizado el uso de tal manera, que toda la comunicación del CEP 20 transcurre solo por ese espacio. Desde ese lugar interpela, ordena, discrimina… Los horarios no importan si es de madrugada o altas horas de la noche”.
Además, denuncian el cobro de inscripciones y reincorporaciones. “Tales prácticas son habituales y se naturalizaron. Tampoco se rinde o se comunica la forma en la que esos montos se gastan o de qué manera se invierten. Expresan que lo que se cobra es para la cooperadora. Lo cual el personal de la casa desconoce”, dicta la denuncia.
Hostigamiento a docentesy alumnos
Otro hecho denunciado fue el trato hacia un preceptor identificado como Rubén González: “No hace mucho tiempo el preceptor Rubén González sufrió un infortunio familiar que lo sumió en una fuerte depresión. La directora Toledo lo llamó desde ahí ‘Pan Triste’ de una forma burlona y muy desagradable tratando siempre que los docentes compartan esas ‘formas’ cual situación jocosa que tuvo un fuerte rechazo. Cualquier rechazo a un planteo tiene como respuesta de la dirección la agresión verbal y la descalificación”, expresa la denuncia.
Los abusos no solo han afectado a los docentes. “Los alumnos nos decían: Odiamos el CEP 20. La directora y la vicedirectora los insultan, los discriminan y los tratan de manera denigrante, lo que los llevó a cambiarse de escuela”, expresó la docente.
“Un estudiante relató que fue llamado ‘inservible’ delante de sus compañeros, mientras otro contó cómo la directora le pedía callarse la boca cuando intentaba defenderse. No solo sufrimos nosotros, también los chicos son víctimas de este abuso de poder”, aseguró Samaniego.
Manejo irregular de fondos y nepotismo
La denuncia también apunta a que “los hijos de la directora ocupan cargos de preceptor sin tener la titulación requerida, y la directora no rinde cuentas sobre el dinero recaudado en rifas y matrículas. Una madre tuvo que enfrentarla directamente para exigir transparencia sobre los fondos destinados a la recepción de los alumnos de quinto año”, relató la docente.
Complicidad y falta de acción
La denuncia también manifiesta que “se evalúe y sancione a la supervisora Doris Gómez por impericia y se garantice un espacio libre de violencia y democrático”.
De acuerdo a Samaniego “la supervisora optó por medidas insuficientes, como sugerir ‘talleres de comunicación asertiva’, sin atender la gravedad de las agresiones ni garantizar medidas efectivas”.
“Lo que necesitamos no es un acuerdo, sino el cese inmediato del abuso de poder, el hostigamiento y la violencia”, enfatizan en el escrito.
Manifestación en reclamo de respuestas concretas
La semana pasada, los docentes, acompañados por alumnos y padres, se manifestaron frente a la escuela para exigir soluciones. “Nos reunimos con el secretario general del CGE y otros funcionarios, pero nos dijeron que éramos pocos docentes denunciando, como si eso justificara no actuar. Hay muchos más que no se animan a hablar por miedo a represalias”, señaló Samaniego.
Los estudiantes también se unieron al reclamo, elaborando carteles y exigiendo un ambiente escolar digno. “Queremos un lugar libre de violencia, tanto para docentes como para alumnos. No podemos seguir trabajando ni estudiando en estas condiciones”, concluyó la docente.
El petitorio solicita “la aplicación del convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre violencia y acoso en el ámbito laboral, y la intervención directa del CGE”.
Los docentes también destacaron que estas situaciones han afectado gravemente su salud física y mental, y han socavado la convivencia dentro de la institución. “El CEP 20 no es solo un lugar hostil para nosotros, sino para toda la comunidad educativa”, concluyeron.
El Consejo General de Educación aún no se ha pronunciado sobre el caso, mientras la comunidad escolar espera medidas urgentes para erradicar un problema que, según la denuncia, lleva años sin solución.