El 27 de noviembre de 1994, la agencia de noticias argentina Telam sorprendía al mundo periodístico con un cable en el que se narraba una insólita tragedia.
Según dicha información, atribuida al Diario del Pueblo (periódico oficial de la China comunista), una familia rural de la región de Henan quedó destruida a raíz de un malentendido que se produjo con un chiste que hizo el padre sobre el pene de su hijo recién nacido.
La trágica historia comenzó cuando un padre, que ya tenía dos nenas, aceptó pagar una multa del equivalente a 350 dólares luego de que su esposa tuviera un bebé, en abierta violación de la ley de control de la natalidad que regía en el país.
Siempre según Telam, Wang Tianbao estaba abrazando a su bebito y se le ocurrió hacer una broma sobre el alto precio que tuvo que pagar para poder tener un hijo varón que heredara el nombre de su familia, un gran deseo entre las familias rurales chinas.
“Una multa de 3.000 yuanes por un pene tan chiquito. Tendríamos que cortárselo”, dijo jocosamente al respecto, delante de sus hijas de seis y siete años.
Aparentemente, las nenas tomaron en serio las palabras del papá y cuando él salió a trabajar al campo, tomaron un cuchillo y cortaron en pedacitos el pene del bebé, que murió desangrado.
Al descubrir lo ocurrido, el papá golpeó a las nenas con una pala hasta matarlas y luego se envenenó con insecticida. La esposa de Wang, Li Lanhu, en medio de la histeria que le provocó la escena, salió corriendo de su casa desnuda, gritando por las calles los nombres de su esposo e hijos.
¿Es una historia cierta o inventada? ¿Una “inocentada” con un mes de anticipación? La duda quedará latente, ya que no se guardaron registros de esta noticia ni en la plataforma digital de Telam ni en el archivo en internet del Diario del Pueblo.