“La historia de los 90 se repite”, advirtió el informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) dedicado a la producción y comercialización de yerba mate en Argentina. Lo hizo al advertir el difícil momento que vive el sector, especialmente los productores.
El “Análisis sobre la evolución reciente del complejo yerbatero”, publicado ayer y al que accedió PRIMERA EDICIÓN, sostuvo que “no es la primera vez que se recorre el camino de la desregulación en el sector. En los 90 se desreguló el mercado, eliminándose la Comisión Reguladora de la Yerba Mate (CRYM) y el Mercado Consignatario Nacional de la Yerba Mate Canchada”.
Al describir el presente del sector, se explicó que “la producción primaria se encuentra atomizada, con 12.000 pequeños productores, la cuenca de producción cuenta con 228 establecimientos que operan como secaderos registrados a nivel nacional y 105 industrias molineras y fraccionadoras”.
Al referirse a un mercado manejado por pocos operadores, se aseguró que “solo los 10 primeros del ranking de producción industrial acumulan 72,7% del mercado. Los tres primeros (Las Marías, Liebig, Santa Ana) explican el 41%, a través de media docena de marcas y presentaciones diversas”.
Desregulación negativa
“En la actualidad, el DNU 70 pareciera seguir esta misma lógica con la llamada ‘modernización’ que se propone para el INYM, dentro del paquete de ‘desregulación’ de la economía. En esa década, el valor de la yerba canchada por tonelada, así como de la yerba verde, caen sostenidamente a lo largo de la década a un tercio y a un quinto de su valor, respectivamente”, se afirmó.
En el caso de la yerba canchada aseguraron que “el valor se ubicaba en $930 pesos/dólares en 1990, lo que equivalía a 1 dólar el kilo y se desploma a $349 pesos/dólares en 2001, equivaliendo a solo 35 centavos de dólar el kilo de yerba”.
“La hoja verde también sufre una caída en su valor por tonelada, desde $202 pesos/dólares en 1990, a $42 pesos/dólares en el año 2001. En paralelo, el precio en góndola de la yerba se mantuvo estable en toda la década. La desregulación sectorial en la década de los 90 significó un claro perjuicio a los productores yerbateros”, sostuvieron desde CEPA.
A su vez se aseguró que “como contracara, desde 2001, con la creación del INYM el comportamiento del precio al productor de hoja verde y yerba canchada en términos reales recupera el terreno perdido aumentando 246% y 255% respectivamente entre 2002 (su punto más bajo) y el año 2023”.
Paralizado y desfinanciado
En otro orden, los expertos de CEPA sostuvieron que el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) no tiene presidente designado por la Nación y, además, está desfinanciado: “Actualmente, a partir de la falta de actualización del valor de la estampilla (Tasa de Inspección y Fiscalización) y del aumento que experimentó el kilo de yerba en góndola, el ratio entre el valor de la estampilla y el del kilo en góndola se encuentra en el mínimo histórico de 0,8. Esto conspira contra la única fuente de financiamiento del INYM”.
Relación productor/góndola
Para CEPA, con este contexto de la cadena yerbatera, “empeora la relación precio al productor/precio de góndola. Si se analiza la relación entre lo que recibe el productor y el precio de góndola, el primero solo capta 5,7% del precio de venta en góndola, es decir, 1,3 p.p. menos que en septiembre 2023 y 2,4 p.p. menos que el promedio 2020-2023. Es el peor momento, desde 2019, del ratio entre el precio al productor y el precio en góndola por kilo”, reveló.
A su vez, el informe se refirió al “desbalance de la cadena productiva yerbatera”, al explicar que “se evidencia que el DNU 70, la inacción del PEN y la apertura indiscriminada de importaciones desbalancean la cadena productiva, cuya morfología expresa atomización en la producción y concentración en la industria”.
“Si el INYM y las regulaciones asociadas al mismo, buscaban darle herramientas al sector con menor poder relativo en un claro escenario de mercado imperfecto, su eliminación agrava el estado de cosas. El precio al productor difícilmente logre recuperarse en los próximos meses, ya que la medida dispuesta por el DNU deliberadamente incide en la (des)organización al interior de la cadena de valor”, finalizó CEPA sobre la cuestión.
Caída dentro y fuera del país
Luego se analizaron las ventas en el mercado interno y las exportaciones yerbateras. Así, se sostuvo que por “la sensible caída del poder adquisitivo, cayó 8,8% interanualmente en los primeros nueve meses del año (193,4 mil toneladas vs 212 mil toneladas)”.
Y se afirmó que “es el nivel de consumo más bajo de los últimos nueve años y se encuentra a 10,1 p.p. del pico de consumo experimentado en 2021”. Si se trata de las exportaciones, “en el acumulado de enero a septiembre, disminuyeron 16,4% en comparación con el promedio 2020-2023 y decrecieron 16,4% en términos interanuales”.
Al ver ambos datos, se sostuvo que “la reducción del consumo interno y de las exportaciones a la par de un registro de avance de cosecha más importante que el de los últimos cuatro años se traduce en un importante aumento de stocks en establecimientos secaderos”.
Importaciones perjudiciales
CEPA sostuvo que la medida resultó negativa para la producción yerbatera. “La decisión del Gobierno tomada en marzo de 2024, a partir de la RG 5490/2024, de reducir impuestos por 120 días a las importaciones de productos de primera necesidad incluidas las materias primas y la primera elaboración de yerba mate. Medida que se extendió, a través de la RG 5527/2024, hasta el 31 de diciembre de 2024”.
“De acuerdo a los datos publicados por INDEC, las importaciones de yerba mate canchada y yerba mate excluida simplemente canchada (molida, lista para empaquetar), proveniente de Paraguay y Brasil, en los primeros nueve meses de año alcanzaron 8,93 millones de kilos, 149% más que el mismo período de 2023”, confirmaron.
¿Quiénes importaron?
“El aumento de las importaciones corresponde a las grandes industrias de Corrientes y Misiones. Las Marías y La Cachuera explicaron el 70% de lo que ingresó desde Paraguay y Brasil, seguido por la Importadora Sudamericana SRL, firma radicada en zona norte del Gran Buenos Aires que se dedica a importar marcas de consumo masivo y trae a la Argentina la yerba mate Canarias”, indicaron.
Así, desde CEPA advirtieron que “el perjuicio para los productores es evidente” porque “la materia prima ingresa a un costo promedio de US$ 1,2 por kilo que, al valor oficial más el impuesto PAÍS, alcanza aproximadamente $1.296. En cambio, la yerba canchada, que en abril de 2024 se compraba en secaderos a $1.406, se está reponiendo a precios más bajos. Esto permite a los industriales pagar menos por la canchada o la hoja verde, además de extender los plazos de pago, lo que genera un impacto económico negativo considerable para los productores locales”, explicaron.