El 24 de octubre de 1999, la dupla aliancista De la Rúa-Álvarez triunfó con el 48,37% de los votos, contra el 38,09% del binomio justicialista compuesto por Eduardo Duhalde y Ramón “Palito” Ortega; y el tercer puesto de Domingo Cavallo del partido Acción por la República con el 10,22%.
Surgida el 2 de agosto de 1997, producto del acuerdo de la Unión Cívica Radical (UCR) y al Frente para un País Solidario (FREPASO) con el objetivo estratégico de derrotar al menemismo, la “Alianza para la Producción, el Trabajo y la Educación” tuvo su primer éxito a dos meses de su creación: su candidata por Buenos Aires, Graciela Fernández Meijide, derrotó a Hilda “Chiche” Duhalde del PJ en los comicios legislativos de octubre de 1997.
Trece meses más tarde, el radical Fernando de la Rúa superó a la frepasista Fernández Meijide en las internas abiertas que había convocado la Alianza para elegir a sus representantes para las elecciones nacionales de 1999. De esta manera, se definió la fórmula De la Rúa-Alvarez para la carrera presidencial, que enfrentaría a Duhalde-Ortega.
Con un minucioso entramado de marketing político, la Alianza ganó adeptos entre los opositores, a pesar de exponer un discurso ambiguo que por un lado criticaba al modelo económico neoliberal y al mismo tiempo aseguraba que no iba a modificar sus principales éxitos.
Con el triunfo presidencial de octubre de 1999 y su asunción el 10 de diciembre de ese año, las contradicciones de la Alianza se expusieron rápidamente y se hicieron insalvables en el ejercicio del Poder Ejecutivo.
De la Rúa siguió a rajatabla -igual que el gobierno anterior- las medidas que le proponía el Fondo Monetario Internacional, basadas en la reducción del gasto público, mientras el país registraba un crecimiento histórico en el nivel de desempleo y en los índices de pobreza e indigencia.
Luego vendrían las sospechas de sobornos a senadores, la renuncia de “Chacho” Alvarez, “el corralito” financiero y un estallido social que lo empujó a la dimisión en medio de masivos “cacerolazos”.