La cifra que dio a conocer el INDEC esta semana, sobre la contundente caída en los patentamientos de maquinaria agrícola vial e industrial (MAVI), que en Misiones se desplomaron un 66,7% dan cuenta de una dura realidad, tanto para el sector forestal como para las economías de las chacras.
“Lo último que piensa un productor es en comprarse maquinaria agrícola, imagínese que no están cerrando los números ni para mantener la infraestructura de en nuestros campos”, evaluó el pequeño productor yerbatero Luis Alberto Andrusyszyn.
“No hay créditos importantes a largo plazo y apetecibles a las circunstancias, porque si hubieran por supuesto que el pequeño, mediano y gran productor estaría interesado en renovar su parque vial”, acotó enfático el yerbatero.
En todo caso, los números que mostró en INDEC sobre la significativa caída en los patentamientos de MAVI en la tierra colorada, son una radiografía del incierto panorama de las economías regionales locales, puesto que se contrastan enormemente con la media del país, donde el Índice de patentamientos de maquinaria agrícola y vial mostró una disminución del 6% interanual y una disminución en el acumulado de enero a septiembre de este año del 23% que, si bien son números flacos ni así llega a la mitad de las altas cifras que muestra Misiones.

“Aunque hayamos trabajado mucho en reducir algunos puntos en el sellado para la adquisición de máquinas forestales principalmente; en los últimos años hemos dejado de equiparnos. Si bien es cierto que ahora el dólar está barato para exportar y no hay trabas para hacerlo, no estamos teniendo acceso al crédito ni a facilidades de pago ni de parte de los bancos ni de las concesionarias privadas”, fue el panorama que brindó Guillermo Fachinello.
Para quien, el otro tema es la incertidumbre: “Venimos siendo muy cautos, hoy para renovar el tractor hay que hablar de 80 mil dólares, si es que se trata de uno pequeño. Si se quiere adquirir una retroexcavadora tenemos que pensar en 150 mil dólares”.
“Después, la maquinaria vial en el sector de la construcción también viene parada desde hace un año prácticamente. Está muy inaccesible la cosa”, amplió.
Desafíos
De todas formas, para Guillermo Fachinello, “la crisis actual puede empujar a la industria metalúrgica de Misiones a producir chipeadoras o arados, que antes se importaban y que sin embargo se pueden desarrollar aquí. Podemos buscar entre todos la forma de salir de esto”, desafió.
En cuanto a los números y lo lejos del bolsillo que le queda a los industriales o a los colonos adquirir maquinaria agrícola, Fachinello comentó: “Una topadora importada hoy vale 550.000 dólares, una procesadora de madera vale 800.000 dólares, una retroexcavadora, vale 180.000 dólares y un tractor vale entre 50.000 dólares y 80.000 dólares, de hecho, una camioneta vale 60.000 dólares”.
“El problema es la rentabilidad que no tenemos hoy en la producción de todo el país, pero particularmente en Misiones dada la forma de producir de los pequeños productores. El tema de la rentabilidad y de la crisis, la gran crisis, que tenemos por ejemplo con la yerba, tampoco nos lleva a pensar que el productor va a querer comprar un tractor”, analizó.
Por su parte, el industrial maderero de San Vicente, Cesar Jakimczuk también brindó una mirada de la compleja situación: “Estamos teniendo grandes dificultades con los cobros y con los pagos, así que ni se habla del tema de renovar”.
“Esto ni siquiera es posible con financiaciones grandes. Directamente ni lo pensamos. Estimo que hace casi dos años que nadie está comprando maquinaria nueva”, acotó el industrial maderero.
“El año pasado no se podía porque era imposible por el dólar y las trabas a las exportaciones; si bien ahora esos dos puntos ya no son un inconveniente, estamos en un panorama de caída de ventas tan grande, que tampoco la gente quiere endeudarse. De hecho estamos notando que la gente se está desprendiendo de alguna maquinaria de algún vehículo, pero no esta comprando”, aseguró
Tractores de los años ‘50
El productor de yerba y té, dirigente de la asociación de productores de té enrolado en la Federación Agraria Argentina, Fabián Labán, graficó la realidad del pequeño productor que trabaja el suelo con maquinaria de los años ‘60 heredadas de sus padres, porque pensar en comprarse alguna más nueva es prácticamente imposible. “La chacra se viene complicando año tras año, las máquinas que tenemos son de los años ‘50 y ‘60, de nuestros abuelos”.