César Ayala, de la barra Kalambre, y su papá Aníbal, se coronaron campeones de la pesca de la boga durante la última edición de las 20 Horas. Los posadeños obtuvieron quince capturas, al igual que Nicolás Brítez y Arnaldo Rivas, pero en la sumatoria de centímetros sacaron 111 puntos de diferencia para desatar el festejo en el escenario del Pira Pytá. El último escalón del podio fue para un equipo femenino.
“Con papá, que tiene 83 años, veníamos pescando en las últimas ediciones de las 20 Horas y este año decidimos ir por la boga porque nos permitía tener un descanso por la noche, compartir tranquilos una cena y dormir un rato para encarar el domingo”, contó César.
“A su edad es muy difícil mantener el ritmo de pesca de la variada, así que acá encontramos una buena opción para seguir compartiendo esta pasión”, agregó.
Unos días antes, César se encargó de hacer un cebadero en dos lugares. Aguas abajo del Pira Pytá, en la zona de Puerto Laurel; y a la altura de lo que fue la península Heller. “El sábado hicimos una buena pesca abajo y el domingo completamos con la pesca de las lisas cerca del puente”, reveló César.
Aníbal Ayala supo brillar en Guaraní Antonio Franco en la década del 70 y formó parte del primer equipo misionero que en 1971 se ganó el derecho a participar del Nacional, codeándose con la elite del futbol argentino.
El podio también fue para las chicas
Sonia Muñoz es docente y Andrea Ghisel Krawczyk es contadora. Son amigas desde hace muchos años y el pasado fin de semana fueron el equipo sensación de las 20 Horas. Las chicas compitieron en la pesca de la boga y se quedaron con el tercer escalón del podio.
“La que me propuso pescar en el torneo fue Ghisel. Un fin de semana me dijo ‘vamos a pescar las dos juntas’. Antes que le respondiera dijo que sería algo relajado, que si nos cansábamos volvíamos, pero terminamos 21 horas arriba de la lancha”, contó Sonia.
Apenas se armó el equipo, los hijos de Sonia empezaron a enviarle tips, tutoriales sobre armado de equipos, formas de encarnar y lanzar. “Después tuvimos que solucionar otro problema porque ninguna es timonel”. Y allí entró en escena Miguel Melnichuk, el esposo de Sonia, que resignó sus ganas de pescar y ofició de guía y timonel.
“El día estuvo muy lindo y de entrada ya tuvimos pique de boga en la zona del puente. A las 14.50 sacamos la primera y la segunda fue cerca de las 16. A la noche fue un poco más complicado con el sueño y ahí Ghisel fue la que estuvo más pendiente de las cañas y del pique”, relató la pescadora.
“Nosotros fuimos a pescar bogas, pero a lo largo del día fuimos sacando otras especies. A la noche también tuvimos buenas capturas de variada”, contó. Y la planilla no la desmiente.
Es que las dos reunieron ocho especies y sumaron poco más de mil puntos. El domingo a la mañana el pique se cortó y el equipo tomó una decisión difícil: cambiar de lugar. Decidieron buscar más cerca de la costa, siempre en cercanías del Puente Internacional, y fue un acierto porque tuvieron otras dos capturas.
“Cuando volvimos el domingo nos preguntaron cuántas bogas habíamos fiscalizado y cuando les dijimos que fueron siete, nos respondieron que con esa cantidad seguro estábamos en el podio…no lo podíamos creer”, se sincera Sonia.
Cuando se le pregunta a Sonia si el año que viene volverán a participar, su respuesta es contundente: “Va a depender del clima”… y de que consigan un nuevo timonel porque será difícil que Miguel se quede otro año sin pescar.