La primavera es una temporada crítica para la agricultura, ya que la combinación de temperaturas elevadas y alta humedad puede crear un entorno propicio para el desarrollo de hongos que transmiten enfermedades a los cultivos.
Según Delia Dummel, integrante del equipo de Protección Vegetal del INTA Montecarlo, tres elementos deben coincidir para que una planta enferme: la presencia de un patógeno, condiciones ambientales adecuadas (calor extremo y humedad) y un hospedero susceptible, es decir, la planta misma.
“Si bien altas temperaturas combinadas con la humedad pueden estresar a las plantas, si no hay un patógeno presente, es poco probable que enfermen”, explicó a Eco&Agro la especialista.
Y prosiguió: “Con el inicio de la primavera, se observa con frecuencia la combinación de calor y humedad, lo que favorece la proliferación de hongos y otros patógenos. Estos organismos requieren de condiciones específicas para reproducirse y, cuando hay un hospedero en brotación, el riesgo de infección aumenta significativamente”.
Por lo tanto, es vital que los agricultores estén alertas y monitoreen continuamente las condiciones climáticas y la salud de sus cultivos. “Si se dan las condiciones ambientales y hay un hospedero, las posibilidades de que los cultivos estén expuestos a sufrir un ataque son mucho mayores”, advirtió la experta.
Desafíos
El manejo de cultivos en invernaderos plantea retos adicionales. En estos espacios cerrados, las temperaturas pueden aumentar considerablemente y, al aplicar riego, especialmente por aspersión, se puede mantener la humedad en las hojas durante períodos prolongados. Esto facilita que los hongos penetren y colonizan las hojas de las plantas.
Además, en plantaciones con alta densidad de siembra, como canteros, se combinan humedad, temperatura y hospedero, creando un ambiente ideal para la reproducción de patógenos.
“El manejo de estas variables se vuelve complejo, y es aún más desafiante en cultivos al aire libre, donde las precipitaciones son incontrolables, por lo tanto nuevamente el monitoreo constante va a ser clave para detectar u eliminar hojas o bien plantas ya contaminadas para que no se propague”, señaló la especialista.
Estrategias de manejo
A lo largo de la charla con este Diario, Delia Dummel compartió algunos tips a tener en cuenta en la huerta
1. Control de densidad de Plantación: evitar la sobrepoblación de cultivos es crucial. Mantener una distancia adecuada entre las plantas no solo mejora la aireación y la ventilación, sino que también reduce la probabilidad de que las enfermedades se propaguen.
2. Riego eficiente: la elección del sistema de riego es esencial. Se recomienda el riego por goteo, que aplica agua directamente al suelo, minimizando el contacto con las hojas. Si se utiliza riego por aspersión, es importante asegurarse de que las hojas no permanezcan mojadas durante mucho tiempo, ya que esto favorece una infección y una propagación.
3. Esterilización del sustrato: comenzar con un sustrato limpio y libre de patógenos es fundamental. Un sustrato contaminado puede actuar como un reservorio de esporas, lo que aumenta el riesgo de infecciones en las plantas. Realizar prácticas de desinfección adecuadas antes de la siembra puede reducir significativamente los problemas fúngicos.
4. Monitoreo constante: la vigilancia de las condiciones ambientales y la salud de las plantas es crucial. Utilizar trampas para insectos y monitorear visualmente los cultivos puede ayudar a identificar problemas antes de que se conviertan en infecciones graves.
5. Rotación de cultivos: implementar una rotación de cultivos puede ayudar a prevenir la acumulación de patógenos en el suelo, disminuyendo la incidencia de enfermedades en temporadas sucesivas.