Bajo el lema “Abrazar la vida como viene” el 28 de septiembre de 2023 abría sus puertas la Casita de San Miguel, bajo la supervisión del sacerdote Daniel Pesce, administrador del Hogar de Cristo y párroco de la capilla San Benito, lugar por el cual ya ha transitado medio centenar de jóvenes que buscan superar sus problemas de adicciones, lograr la revinculación familiar y la reinserción social.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, el padre Pesce, referente máximo de la “Casita de San Miguel”, que funciona en el predio del Hospital Ramón Carrillo, señaló que “con errores y con virtudes venimos acompañando a muchos chicos que deciden, por su propia cuenta, porque son internaciones voluntarias, abandonar, dejar el consumo de drogas y encaminarse hacia una nueva vida. Este sábado vamos a cumplir nuestro primer año de trabajo, de camino”.
El padre Pesce pertenece a la congregación Familia Grande Hogar de Cristo y remarca que la finalidad de “La Casita de San Miguel” es que “los chicos vuelvan a creen en sí mismos, que puedan volver a reinsertarse en la sociedad y nosotros los ayudamos para que eso ocurra”.
El sacerdote hace tres años llegó a Misiones desde Morón, provincia de Buenos Aires, y contó que “en este tiempo que llevamos trabajando en este sitio pasaron algo más de 50 pibes en diferentes etapas que contempla esta actividad. Para nosotros ello resulta altamente positivo”.
Remarcó que “en el camino hay chicos que no han podido culminar su proceso, pero también saben que hay un lugar que los espera, que los quiere acoger, que quiere caminar con ellos y eso también es muy bueno. A veces de los errores se aprende mucho más que de los aciertos”.
Detalló que quienes concurren a la “Casita” en este tiempo “son solamente varones pero hemos tenido casos de chicas que han necesitado también el acompañamiento e internación y las derivamos a un hogar que tenemos en Córdoba”.
“Las madres, siempre”
Pesce indicó que “casi siempre son las madres las que llegan y se acercan y piden por sus hijos. Hay chicos que se han acercado solos porque ya no tienen ninguna vinculación con su grupo familiar. Pero hay muchos casos donde la familia viene a pedir y a acompañarlos”.
En la misma línea dijo que “también hemos tenido casos muy lindos de revinculación, donde vinieron solos y hoy la familia los está acompañando, ayudando, bancando y conteniendo. Entonces es muy lindo y muy gratificante poder ver esas realidades”.
En cuanto al rango etario de quienes ya han pasado por allí en este primer año, dijo que “estuvo entre los 18 a 41 años, es bastante heterogéneo y todos han tenido su transitar por el consumo de drogas y el 99% son chicos que han terminado en situación de calle, que han experimentado eso por el desplazamiento propio de sus hogares, a través del consumo. Ellos han encontrado aquí esa casa y familia que decidió contenerlos y ayudarlos a dejar el consumo, a cambiar ciertas actitudes de vida que les llevaron al consumo, no se trata solo de la abstinencia”.
Por otro lado, contó también que “la semana pasada comenzamos una nueva experiencia con un nuevo hogar en San Ignacio, donde los chicos hacen su segundo umbral. Allí en la parroquia de San Ignacio hay una pequeña y antigua casa de retiro de la Diócesis de Posadas que el obispo Juan Rubén ofreció para continuar el proceso de recuperación de los chicos con problemas de consumo, es una preocupación que tenemos como iglesia y una respuesta que queremos dar. Ahora están cuatro muchachos haciendo allí su experiencia, monitoreados desde acá pero con un fuerte acompañamiento por parte del padre Eugenio, que es el párroco de San Ignacio”.
“Ajuste descomunal e inhumano”
El padre Daniel Pesce también se refirió a la difícil situación económica que atraviesa el país y dijo que “este es un ajuste descomunal e inhumano que impacta en los sectores más pobres y vulnerables. Porque cuando en una planilla de ‘excel’ los números entran, lo más seguro es que las vidas se rompen. No podemos mirar las vidas de nuestros compatriotas y de nuestros conciudadanos como números. Y lamentablemente al mirar de esta manera la economía que no está al servicio del ser humano, hay muchas personas que están padeciendo situaciones terribles”.
Además, apuntó que “lo que están pasando nuestros abuelos jubilados es terrible, que al ocaso de la vida tengan que pasar pidiendo y suplicando, prácticamente mendigando, una vida digna. Esto se ve en los sectores más vulnerables, siempre golpeados, como variante de ajuste, lo cual habla de una falta de creatividad, si se quiere, por un lado, pero también de un sesgo ideológico muy fuerte. Es cierto que esta crisis no viene desde diciembre del 2023, pero en estos últimos meses hemos visto como golpeó fuerte a los pobres”.