En el barrio Manantiales operan dos dispositivos comunitarios de la Parroquia San Benito de la Diócesis de Posadas que se encargan de brindar asistencia y acompañamiento a personas con consumos problemáticos o en situación de vulnerabilidad.
Por un lado, se encuentra el Centro barrial que funciona de lunes a viernes de 9 a 13 horas, y se encarga de dar desayuno y almuerzo a las familias en la zona.
El Centro abrió sus puertas en marzo del 2023 y al día de hoy asiste entre 40 y 45 personas por día.
“Es un lugar de encuentro con los vecinos, se centra en todo tipo de vulnerabilidades, acompañamos a familias numerosas con dificultades económicas, articulamos con el CAP local para acercar a los chicos y chicas a la vacunación, también defendemos el derecho a la identidad, no se imagina la cantidad de personas que llegan al hogar sin documentación” compartió con PRIMERA EDICIÓN el padre Daniel Pesce, director del Hogar de Cristo.
“Desde diciembre del año pasado, con el terrible ajuste que se está haciendo a nivel nacional, se duplico el número de chicos que asisten a nuestro comedor, y ahora en la época de frío más todavía, en verano quizás te arreglas más, pero en invierno necesitas una comida caliente”, explicó el padre.
“Uno va viendo que también el consumo de drogas va incrementando, es una huida de la realidad, de la falta de oportunidades, de trabajo, de contención. También hay una destrucción del núcleo familiar. La iglesia siempre ha abogado por esto, y al no haber contención los chicos quedan muy frágiles, muy vulnerables”, añadió.
Casita de San Miguel
Con el objetivo de abordar esta cuestión, el 28 de septiembre del 2023 se creó la Casita de San Miguel, un hogar para aquellas personas que atraviesan consumos problemáticos. Al momento alberga a 14 personas, todos mayores de edad, que se encuentran en distintos momentos del proceso de dejar el consumo de drogas. “Vienen de distintos puntos de Posadas, algunos de Garupá”, explicó Daniel.
“No tiene barrera de edades, lo triste es que comenzamos a ver que cada vez a más temprana edad empiezan adolescentes y más chicos a entrar en el consumo, más o menos a partir de los 12 años”, remarcó el párroco.
En relación con el proceso de acompañamiento, desarrolló que “nosotros presentamos como proyecto un año de internación, que es lo mínimo, y lo dividimos en tres etapas de cuatro meses: los primeros cuatro meses es la deshabituación del consumo, pero también de las actitudes y las formas de conducirse de la calle o de las cosas que les llevan o les llevaron al consumo; la segunda etapa intentamos revinculación con el núcleo familiar si es que existe, a veces se logra y a veces no; y los últimos cuatro meses se trata de armar el proyecto de vida”.
A la actualidad, el más chico de las personas que se encuentran en el hogar tiene 19 años, mientras que el mayor tiene 41 años. Sin embargo, el párroco contó que por el hogar pasaron más de 40 chicos en menos de un año y ninguno de los que salieron completó el proceso porque “es una internación voluntaria”.
“Nosotros acompañamos, les damos las herramientas, la contención espiritual, el apoyo psicológico o psiquiátrico si es necesario, pero la decisión de curarse la toma el pibe”, aclaró Daniel.
Asimismo, a modo de prevención, impulsan distintos proyectos como ser la escuelita deportiva y el club parroquial, a modo de “darles un lugar seguro donde crecer y que no sea la única escapatoria el consumo, que en las villas los chicos lo tienen a la mano”, explicó.
También compartió que “casi todos han abandonado los estudios secundarios en su vida, esto también es un llamado de atención grande. Están ahora, por medio del SiPTeD, adentro del hogar, terminando sus estudios”.
Cooperativa de trabajo
La parroquia también lleva adelante la cooperativa de trabajo “Nueva oportunidad” que, como lo indica su nombre, intenta dar una opción de trabajo y formación laboral a los chicos que están internados en el hogar y a otras personas que se encuentran atravesando estas mismas problemáticas dentro del centro barrial.
“Tenemos cuatro proyectos abiertos: el de panadería, el de fabricación de ornamentos, el de moldería y trabajo en arcilla, y también el de fabricación de escabeches y pickles que también van a darle sustento al hogar porque lo que queremos es volvernos sustentables”, comentó Daniel.
Hogar en San Ignacio
El párroco adelanto que tienen intenciones de abrir un segundo hogar en San Ignacio. “estamos en diálogo con el párroco del lugar, también es un pedido del obispo Juan de Posadas, venimos charlando la necesidad de dividir un poco las etapas, pero también porque tenemos muchos pedidos y no podemos responder a todos en tiempo y en forma”, explicó.
“Se abriría en principio una comunidad pequeña de chicos que vienen ya en un proceso en el primer hogar”, agregó.
“Ojalá no tendríamos que abrir ningún hogar, no porque no queramos hacerlo sino porque sería bueno que no existiese este problema y este flagelo, pero lamentablemente esto esta y la iglesia católica quiere dar una respuesta a la sociedad. Como dice el obispo Juan ‘tenemos que, ante cada necesidad y ante cada realidad difícil, ser más creativos’, porque es un pecado si miramos para otro lado, y nosotros queremos dar ese compromiso de acompañar”, subrayó.
Donaciones
Aquellos que deseen colaborar con ambos dispositivos comunitarios pueden hacerlo a través de donaciones de ropa, abrigos, frazadas, alimentos, camas “todo es bien recibido, todo nos sirve, en las villas no tienen calefacción en las casas, entonces la única manera es taparse y arroparse lo más posible”, expresó el padre.
También con contribuciones económicas al alias hogardeXto. Para ayudar comunicarse al número del hogar que es 3764-105034.