Un paisaje desolador se ve hoy en territorio de la comunidad Tekoa El Doradito, en Caraguatay, debido a un nuevo desmonte donde antes se visualizaba un espacio de árboles nativos.
La intrusión de estas características no es nueva. En junio, la mburuvicha Gregoria Duarte presentó una denuncia al Ministerio de Ecología por las “incursiones sin consulta ni autorización de nuestro Tekoa El Doradito, extrayendo árboles, abriendo caminos y realizando actividades que dañan nuestro entorno y lugar de vida”, había expuesto Duarte.
El organismo encargado de frenar este tipo de apeo ilegal, que solamente destruye bosques naticos, hasta el día de hoy no tomó ninguna medida al respecto, ni siquiera respondió las denuncias hechas y las notas enviadas, apuntaron desde la comunidad mbya guaraní.
Los hechos comenzaron el 27 de mayo y no cesaron incluso tras denunciar en la policía, alegó Duarte.
Los aldeanos tuvieron un nuevo un trago amargo al descubrir que los desmontes siguen. Apuntaron que un empresario de San Vicente, dedicado al desarrollo inmobiliario, les aseguró tener autorización de Ecología; pero, sin la consulta previa a la comunidad, debería ser nula.
La comunidad Tekoa El Doradito fue relevada en el marco de la Ley 26.160 e inscripta en el Registro Nacional de Comunidades Indígenas con Personería Jurídica, instrumento legal que obliga al Estado a garantizar la protección efectiva de sus derechos territoriales.
Además se está violando el artículo 41 de la Constitución Nacional por el Derecho a un Medio Ambiente Sano, así como la Ley provincial 105 de Bosques Nativos.