Una joven de 18 años denunció a su padrastro, un hombre de 50 años, por abuso sexual reiterado y ahora teme por su integridad física debido a las amenazas que recibió de algunos familiares del individuo.
Por decisión propia, la víctima se acercó hasta PRIMERA EDICIÓN, donde relató que desde que hizo saber lo que padeció durante 12 años a manos del acusado y ante la Comisaría de la Mujer zona oeste, es blanco de graves intimidaciones por parte de un grupo de parientes.
“Estoy aterrorizada porque mi padrastro me golpeó y abusó desde que tenía 5 años y hasta los 17, e incluso producto de los sometimientos quedé embarazada de él a los 13 años”, indicó la joven.
También refirió que su madre siempre hizo “la vista gorda de lo que estaba sucediendo, nunca me preguntó qué me pasaba y me amenazaba con castigarme físicamente si yo me animaba a decir algo. Cuando nació mi beba, en ese entonces vivíamos en Garupá, tuve el parto en forma espontánea y en mi propia casa. Nunca me enteré que estaba embarazada y que esperaba una beba, fue muy triste y shockeante a la vez.
“Cuando fueron a visitar a mi domicilio asistentes sociales y una psicóloga del hospital mi madre no me dejó hablar con ellas. No tuve la posibilidad de contar mi verdad. Vi que ella hablaba con las profesionales, supongo que les mintió respecto a quien era el padre de la recién nacida”.
La víctima agregó que recién hace tres meses se decidió a romper el silencio, y fue ante una tía a la que le pidió ir a vivir con ella, pero para ello tuvo que planificar cuidadosamente cómo hacer para no regresar a su hogar.
“Por las golpizas que sufrí no fue sencillo pensar en no volver a mi casa, en el barrio San Gerardo de Posadas. Entonces un día me fui a trabajar y no regresé. Era la única forma de que mi padrastro no me agrediera o algo peor.
“Este hombre es muy violento, tiene hasta armas, pistolas con silenciador y una escopeta de caza. Me contaron que allanaron la vivienda tras su detención el martes pasado en el barrio San Gerardo, y la policía no encontró las armas”, contó.
Luego señaló que “una de mis tías maternas es pareja de un comisario, por lo que mi miedo es peor. Para colmo yo sé que se llevan bien”.
“Me llevaba a trabajar con él”
La víctima precisó que “a los cinco años comenzaron los abusos sexuales y cuando cumplí siete años me empezó a llevar a trabajar con él a las obras en construcción, donde también me llevaba a lugares apartados, donde estuviéramos solos y me violaba. Llegaba a mi casa llorando, cansada por el trabajo pesado, sin hambre por el asco de toda la situación de abuso y mi madre me amenazaba con golpearme si no paraba de llorar. Le suplicaba que no me envíe con mi padrastro e igual lo hacía.
“Él tiene tres hijos biológicos con mi madre, todos menores, dos nenas y un varón. Yo soy la mayor y siempre vigilé que no los toque, que no les pase lo mismo que a mí, siempre me preocupó eso, que les haga daño a ellos”, expresó.
Luego indicó que “las golpizas eran frecuentes en mi casa, a mi madre y a mí, y también a mis hermanastros. Casi siempre a cintareados, pero en mi caso a trompadas, con el puño cerrado e incluso llegué a perder la conciencia a veces, la respiración, por los castigos. Cuando él tomaba bebidas alcohólicas era peor.
“Hasta hace poco aprovechaba que mi madre iba a la Iglesia y mandaba a mis hermanos a comprar y les decía que salgan y abusaba de mí. Me decía que si yo no me dejaba abusar iba a hacerles lo mismo a mis hermanos, y que los iba a matar a ellos y luego a mi madre. Para que mis hermanos no me vieran llorar me encerraba en el baño”, recordó.
La víctima pidió a la Justicia que ordenen una prueba de ADN para corroborar que la beba es hija de su padrastro, y afirmó que “nunca tuve pareja ni amigos porque no me dejaban. Mi padrastro se negó a hacer un ADN cuando me acusó de tener novio y le dije que era de él la beba. Mi madre algo sabe, porque cuando se enteró que no iba a regresar a mi domicilio me amenazó con ir a buscarme y golpearme”, señaló.
“Las peores sospechas”
También dialogó con este Diario la tía de la joven, de 30 años, quien relató que “cuando ella pidió para vivir conmigo mis peores sospechas se hicieron realidad. Yo presentía que algo malo sucedía. Es más, antes y cuando la madre salía y era más chica ella se escapaba de su domicilio y siempre se refugiaba en mi casa. Pero nunca dijo una palabra de lo que estaba pasando.
“Finalmente, ella me contó todo, se liberó. Ahora tenemos el grave inconveniente de que nos amenazan desde una parte de la familia, sobre todo algunos tíos maternos de ella, una de las cuales es pareja de un comisario.
“Nos dicen que nos van a denunciar por difamar al padrastro de mi sobrina. Lo primero que hicimos fue ir a la policía. Mi sobrina pidió restricción de acercamiento tanto para el padrastro como para la madre, ellos no pueden venir a mi domicilio (en Itaembé Guazú) y tampoco a la escuela de ella”, precisó. Agregó que desde esa parte de la familia acusan a la joven de ser “ella la culpable de los abusos.
“Llegaron a decir que ella le dio de beber al padrastro para que esto suceda, cosas que la verdad no tienen ningún sentido y estan cargadas de mucha crueldad. Me pregunto, ¿cómo pueden culparla a ella de los abusos a los que fue sometida?, sinceramente creo que son personas con problemas psicológicos, que van a defender al abusador pese a las denuncias que hizo la víctima”, expresó la tía que prácticamente le salvó la vida a la joven cuando le dio un techo donde vivir.
“Que no lo liberen”
La joven nunca dejó de estudiar pese a la pesadilla que le tocó vivir y actualmente se encuentra cursando quinto año en una escuela secundaria y trabaja en su tiempo libre en el cuidado de adultos mayores.
Pidió a través de este medio que “no liberen a mi padrastro y que investiguen. Pido por favor a la Justicia que le hagan el ADN a mi beba y lo cotejen con el de él, porque es una de las pruebas de que abusó de mí. En muchos casos mis propios hermanos fueron testigos de lo que me pasó”.
La beba se encuentra actualmente al cuidado de su abuela materna (madre de la víctima).