Desde 2018, el Observatorio de Tendencias de la Universidad Siglo 21 analiza periódicamente los niveles de felicidad y bienestar de la población argentina. Este año, los números empeoraron con respecto a 2023: la mitad de los argentinos (50,7%) se siente satisfecho con su vida y el 63,4% está disconforme con su situación actual.
Sin embargo, se observó que los jóvenes de entre 18 y 29 años son el único grupo etario que muestra un aumento en los niveles de felicidad, mientras que los adultos de entre 50 y 59 años son quienes presentan la mayor caída.
El Observatorio de Tendencias identificó un incremento en los niveles de estrés y una disminución en los niveles de felicidad en 2024, y según los datos recopilados, 1 de cada 3 argentinos se siente “tan cansado que no puede realizar otras actividades después del trabajo”.
“La felicidad es proporcional al acceso a determinadas cuestiones”
Para conocer un poco más sobre este tema que toca de cerca en el día a día de los argentinos, la psicóloga Daniela Gasparini dialogó con la FM 89.3 Santa María de las Misiones.
En primer lugar, se le consultó a la profesional si la felicidad es igual para todos, como para poder medirla, y ella explicó que “la Universidad Siglo 21 lo que mide con su informe es los niveles de satisfacción, de bienestar, que no sé sí es igual a la felicidad. Obviamente, cuando uno está satisfecho en la vida, alcanza ciertos logros y bienestar, por supuesto que se acerca un poco más a lo que se puede conceptualizar como felicidad. Pero la verdad es que la felicidad es un enigma y nadie tiene la fórmula para alcanzarla; pero sí es proporcional al acceso a determinadas cuestiones sociales, políticas, económicas y culturales“.
“La felicidad, el bienestar o la satisfacción que mide la Universidad Siglo 21 se confecciona dentro de los parámetros culturales que nosotros tenemos vigentes en nuestra sociedad, como ser la cuestión socioeconómica y las relaciones interpersonales; a ello debemos agregar la perspectiva de futuro: si uno tiene perspectiva de futuro, hay algo del deseo que está en movimiento que seguramente va a motivar a una persona a hacer determinadas cosas, a programa, pensar y proyectarse; y para eso debe tener cierto acceso a derechos. Una persona que no tiene acceso a derechos básicos como educación, trabajo, salario, seguramente va a estar mucho más limitada en el acceso a la satisfacción”.
“Hay algo que siempre nos motoriza porque somos sujetos de deseo”
Tras esta argumentación, también se le consultó si se puede trabajar en la búsqueda de ese bienestar, satisfacción o felicidad: “Los psicólogos somos unos de los que podemos orientar en la búsqueda de ese bienestar”, apuntó antes de explicar que “todos pasamos por distintos ciclos evolutivos. No es lo mismo nuestra niñez, que nuestra adolescencia, juventud, adultez, vejez… Son diferentes momentos en la vida que nos van encontrando en con un yo distinto. A lo largo de la vida tenemos distintas fortalezas y debilidades para superar o no ciertas situaciones y adversidades”.
Entonces, “lo importante es poder detectar cuando uno necesita ayuda. Yo recomiendo siempre hacer terapia, no hace falta tener un problema puntual para analizarse; de igual manera hay que estar atentos para cuando esto se vuelve necesario o prioritario“.
Por otra parte, se le preguntó a Gasparini: ¿La felicidad es solo un momento? “La felicidad es más bien aspiracional, es un ideal. La gente siempre dice: ‘mi mayor deseo es ser feliz’; pero ¿qué es ser feliz? Hay algo que siempre nos motoriza. Nosotros somos sujetos de deseo; si nosotros no deseáramos, no habría nada que nos motivara a levantarnos cada día”.
“La felicidad no creo que sea una condición, un estado permanente. Creo que en todo caso estamos mejor en algunos momentos que en otros”
“Los bienestares son bastantes clasistas“
También esta profesional destacó que “los bienestares son bastantes clasistas, esa es la realidad. Una persona que no tenga acceso a la salud, que sufre por una dolencia y no tiene para operarse o no hay turno para dicha intervención, no va a estar feliz, porque no tiene acceso a algo tan básico como el derecho a la salud. Así que, más que mirar el momento del día en que se hace esta encuesta y los resultados que arroja, hay que ver el momento en general a nivel país. Hay que ver el contexto socioeconómico de los últimos años, la pandemia, la postpandemia, entre otros factores que resumen por qué los argentinos somos menos felices que el año pasado“.
Hay gente que trabaja más horas o agrega más hora a su actividad laboral y encuentra satisfacción en esa carga horaria. ¿Puede ser así?
Primero que nada hay que diferenciar entre quien lo hace por que lo necesita, en términos económicos, a raíz de la precarización laboral; y los que están todo el día trabajando por no poder hacer un ‘corte’ en el ámbito laboral y poner la energía en otra cosa, como hacer deportes, darse tiempo a uno mismo, en las relaciones, en la recreación… Si es por decisión propia, hay que ver qué se oculta con más horas de trabajo, que no nos permite tampoco ser feliz“.