Si bien la inflación se encuentra a la baja y parece consolidarse en cifras que rondan el 5% mensual, la sensación de que el salario no alcanza se apoderó de miles de argentinos hace un largo período de tiempo y es muy difícil superarla.
Aunque el último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) señala que los salarios registraron un incremento significativo del 8,3% en mayo, superando ampliamente al índice de precios de ese mes (4,2%), la famosa frase “No hay plata”, perpetuada por el presidente Javier Milei, se mantiene vigente en el imaginario social.
El Índice de salarios acumuló un aumento del 73,6% desde diciembre del año anterior, con subas de: 7,7% en el sector privado registrado (+246 interanual), 8,3% en el público (+192%) y 11,8% en el privado no registrado (+155,2%).
Un estudio elaborado por Bumeran al que accedió iProUP revela que la pretensión salarial promedio en Argentina se incrementó un 68,81% en el primer semestre de 2024, alcanzando los $919.089 promedio en junio.
Este aumento aún se encuentra por debajo de la inflación acumulada en el mismo período (79,8%), pero sugiere la posibilidad de que el poder adquisitivo mejore si las tendencias que se impusieron en los últimos dos meses se mantienen.
Al respecto Federico Barni, CEO de Jobint, compañía de soluciones tecnológicas para el mercado laboral a la que pertenece Bumeran, destaca a iProUP que, aunque la expectativa salarial se ubique debajo del avance acumulado de precios, “ambas variables están acercándose, lo que puede indicar el inicio de la recuperación del valor del salario”.
En junio, el salario promedio para posiciones de supervisor y jefe fue de $1.255.843, con un aumento del 13,37% respecto al mes anterior.
En las categorías semi senior y senior, se colocó en $946.059, con un incremento de 6,65%. En la parte inferior de esta escala se encuentran los niveles junior, que tienen una expectativa promedio de $654.090, con una suba del 5,62%, destaca el informe de la bolsa de trabajo más grande de Argentina.
Por qué el sueldo no alcanza en Argentina
Aldo Abram, director ejecutivo de la Fundación Libertad y Progreso, enfatiza a iProUP que “la inflación es uno de los factores que hace que nuestros ingresos tengan menor poder adquisitivo” y advierte que el gobierno de Alberto Fernández “generó una pérdida fenomenal del poder adquisitivo de nuestra moneda para financiar sus excesos de gastos políticos”.
El experto sugiere que la recuperación económica está siendo obstaculizada por la falta de un cambio de rumbo claro en las políticas económicas y legislativas, lo que afecta la confianza y la inversión.
Por su parte, Brian Torchia, gerente de Finanzas Corporativas de PGK Consultores, resalta a iProUP que “los ingresos siempre actualizan luego de que los precios ya hayan generado movimientos, buscando ‘compensar’ la pérdida de poder adquisitivo”.
En ese sentido, el experto señala que, en una situación de fuerte escalada inflacionaria, los valores de abril cobrados en mayo serían compensados por la evolución de precios previa.
Es por este motivo que Torchia señala que, aunque hay una recomposición salarial, “la pérdida de consumo en el período previo a la actualización es significativa, especialmente en rubros como vivienda y educación, que han aumentado un 110% y 84% respectivamente”.
Al respecto, el economista Joel Lupieri añade a iProUP que “es factible que este mes, los sueldos hayan superado a la inflación debido a una recuperación en los salarios que vienen a la saga respecto al aumento de los precios. Sin embargo, en términos anuales, seguimos a la baja en poder adquisitivo”.
Lupieri reclama la necesidad de una mayor puja distributiva por parte de los trabajadores para recomponer parcialmente lo perdido en términos reales.
Desafíos futuros
Los expertos consultados por iProUP coinciden en que la situación salarial en Argentina es compleja y multifacética, marcada por un contexto de inflación persistente y una recuperación que aún debe consolidarse.
Si bien los incrementos recientes en los sueldos de los trabajadores argentinos ofrecen una señal de alivio, la percepción de insuficiencia salarial sigue siendo un desafío significativo.
Una recuperación sostenida del poder adquisitivo dependerá de la capacidad de los ingresos para superar consistentemente a la inflación y de un entorno económico más estable y predecible.
“Los rumbos económicos y políticos se fijan por leyes. Esperemos que el Congreso se ponga las pilas y empiece a dar muestras de que está dispuesto a cambiar de rumbo para que se pueda gastar un poquito más e invertir un poquito más y, de esta forma, la recuperación económica sea más fuerte y eso permita que la suba de poder adquisitivo de los salarios sea sustentable en el tiempo”, concluye Abram.
Cuánto se gana en América Latina
Los salarios mínimos se han actualizado al iniciar el segundo semestre del año en varios países de América Latina, según las estimaciones de Bloomberg Línea.
De los países analizados en esta infografía de Statista, Costa Rica cuenta con el salario mínimo más alto, que totaliza unos 675 dólares por mes en julio de 2024.
Otros de los países latinoamericanos que garantizan un nivel de ingresos relativamente alto a los trabajadores son Uruguay, cuyo salario mínimo supera los 22.268 pesos uruguayos (unos 556 dólares por mes), y Chile, donde alcanza los 500.000 pesos chilenos (alrededor de 532 dólares mensuales).
En Colombia rige un piso salarial de 1.300.000 pesos colombianos, lo que equivale a unos 323 dólares, mientras que en la Argentina la conversión del salario mínimo de 234.315,12 pesos argentinos a la moneda estadounidense arroja tan solo unos 163 dólares.
Estas estimaciones se basan en valores nominales, es decir, no están ajustadas en función del poder de compra ni el costo de vida en cada economía. Por lo tanto, la comparación puede parecer muchas veces injusta.
Aun así, en esta región del mundo destaca Venezuela por su extrema diferencia con el resto, ya que su salario mínimo de 130 bolívares fuertes equivale a menos de cuatro dólares.
26% de pérdida salarial estatal
Luego de una negociación cargada de polémica un mes más, el Gobierno homologó el acuerdo de los estatales fijando una actualización salarial del 6,5% a pagar en dos tramos, un bono de $60.000 y un plus por asistencia, según se confirmó a través del Decreto 682/2024 publicado en Boletín Oficial.
El acuerdo fue firmado por el gremio mayoritario UPCN, pero tuvo la disidencia de ATE. Los estatales cobrarán de la siguiente manera:
• 3,5% a partir del 1 de julio sobre salarios del 30 de junio.
• 3% a partir del 1 de agosto sobre salarios del 30 de julio.
Además, se agregó un “premio estímulo” por asistencia.
En su cláusula cuarta, se le agregó una suma fija no remunerativa de $60.000 a liquidarse con los haberes de julio.
La queja de ATE
Desde la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) admiten que no es el monto ideal, pero lo justifican por la situación crítica que se vive, informaron a Ámbito. En cambio, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) lo rechazó rotundamente.
“Esta propuesta es inaceptable. Un recorte de esta magnitud en los ingresos del sector público no encuentra precedentes en las últimas décadas. Es un ajustazo”, dijo Rodolfo Aguiar, secretario General de ATE Nacional.
El porcentaje firmado está muy cerca del pedido por UPCN. A la mesa negociadora, propusieron que para julio y agosto haya un 3,5% cada mes, acorde a la proyección del IPC. En agosto se volverán a reunir para acordar los salarios a partir de septiembre.
Desde ATE nacional, cuestionan el acuerdo por estar debajo de la inflación proyectada. “Los ofrecimientos ni siquiera se condicen con los niveles oficiales de inflación. Está claro que enfrentamos un plan deliberado para destruir los salarios y las condiciones de vida de todos los empleados públicos”, afirmó su secretario general, Rodolfo Aguiar.
En lo que va de la gestión de Milei, la pérdida del poder adquisitivo en el sector público ya supera el 26%.