Según el Relevamiento de Comedores y Merenderos Comunitarios, el 85% de los espacios registrados estaban funcionando, mientras que un 15% cerraron. De estos lugares, un 72% funcionan tanto como comedores como merenderos, mientras que el 16% son exclusivamente merenderos y el 12% solo comedores.
En un análisis en el campo, en contacto con quienes administran estos lugares y las familias que asisten, aseguran que muchos comedores y merenderos debieron cerrar porque no les llegaban alimentos. Por ello, los espacios que quedan reciben a numerosos niños y familias enteras que buscan un plato de comida o una merienda.
Todo esto corresponde a los datos preliminares de un estudio realizado de manera conjunta entre la Red de Cocineras Comunitarias de Misiones, Red Alimendar, el Observatorio de Datos Socioeconómicos de la UNaM y el Foro ODS.
Además, tomaron solo una parte de la cantidad total de centros de asistencias que funcionan en Posadas, ya que la Fase 1 relevó solo una parte del oeste y continuarán en los meses siguientes visitando los comedores y merenderos de los barrios populares.
Esto comenzó el año pasado con el proyecto de Ley para el reconocimiento salarial de las cocineras comunitarias, para lo cual debían estar registradas en el Registro Nacional de Comedores y Merenderos de la Nación.
El primer relevamiento en barrios de Posadas
Teniendo en cuenta estos puntos, Gionas Borboy de Alimendar mencionó a PRIMERA EDICIÓN que, para el relevamiento efectuado en Posadas, “nos hemos valido del Registro Nacional de Barrios Populares (RENABAP)”. Entre los datos preliminares, indicó que “en algunos casos se han encontrado con comedores que ya estaban cerrados, por diferentes motivos. Muchos cerraron después de la pandemia”. En materia de acciones, nombró, por ejemplo, el “saber la realidad de los comedores comunitarios”.
En la zona 1 de la ciudad capitalina, que abarca desde Jauretche, Quaranta, Mártires y hacia el río, “tenemos un aproximado de más o menos unos 12 barrios populares que están registrados en el RENABAP”. En base a lo visto, la presentación oficial lo harán en agosto, aunque continuarán los relevamientos en los otros sectores de Posadas, que tendrá un trabajo.
Durante los recorridos, precisó que “relevamos comedores que forman parte de Desarrollo Social, de Capital Humano, también de la Iglesia y la Municipalidad”. Entre las necesidades en estos espacios barriales, compartió que “hemos visto que las cocineras no cuentan con herramientas, en todo lo que sea ollas, la infraestructura de los lugares donde se cocina”. Para ello, se aprobó además una ordenanza para la formación de las cocineras, “porque no solo cocinan, sino que son el primer anillo de contención social, porque recurren a ellas cuando sucede algo el barrio o necesitan un guardapolvo”.
Con comedores cerrados, señaló que es grave porque en el contexto actual “esto ha agravado con que mucha más gente está yendo a los comedores. Incluso gente que antes no iba a los comedores ha pasado a ir”. En estos barrios, “nos hemos encontrado que una de las chacras, pese a tener una dimensión grande, existe solamente dos comedores”, añadió.
Poca presencia desde Nación
Asimismo, reveló que “la mercadería se ha visto mermada, aún no han tenido novedades sobre el tema de la mercadería de Capital Humano”. A pesar de que tanto el Municipio como Desarrollo Social intentan paliar esto, han cambiado tiempos de pago y precios de productos, lo cual dificulta sostener la gran demanda poblacional.
Dentro del sector 1 del relevamiento, aseguró que “nos hemos encontrado cerca de casi 40 comedores”. A su vez, seguirán en los siguientes sectores, donde los comedores y merenderos son numerosos, teniendo en cuenta que planifican visitar otros 18 barrios populares en el mes de agosto, “entendiendo que hay chacras que están en situaciones realmente delicadas”, agregó.
Destacó además la participación del Observatorio de Datos Socioeconómicos de la UNaM, que ha sido “potenciado por los estudiantes y por toda esta sistematización que tiene la UNaM para favorecer esto”. A partir de ahora, “va a ser mucho más ágil y continuo poder ir abarcando las diferentes zonas, para poder peinar todos los barrios populares y los comedores comunitarios que están dentro”.
Crecen las familias que necesitan alimentos
Respecto a la situación de comedores y merenderos barriales, PRIMERA EDICIÓN consultó con algunos referentes. Entre ellas, Carina Fernández de “Manitas Limpias” del barrio San Onofre contó que “con el tema del comedor, hoy por hoy estamos bastante complicados. Me toca cocinar tres veces a la semana y el Ministerio no nos está dando suficiente arroz y fideos, nos dan solamente algunos paquetes, pero bastante poroto, arvejas y polenta”.
Sin embargo, agradeció que “tenemos la bendición de tanta gente que siempre están para darme una mano, nos traen donaciones. Así que estamos cocinando igual los tres días, porque la demanda es bastante”.
Fernández explicó que “hay días que son más complicados que otros, porque por ahí cuando las mamás cobran merma un poco, pero a mitad de mes ya es un problema porque sube mucho”. Sobre la cantidad de atención que brindan, detalló que “empezamos con 15 tuppers, hoy tenemos 47 y a veces 50, que vendrían a ser 50 familias”.
Con una década de trabajo en este barrio, remarcó que “este año fue uno de los que más aumentó”. En esta concurrencia, indicó que “desde enero aumentó bastante la gente en el comedor y los chicos que vienen a retirar la leche también aumentó bastante”.
En el barrio de San Onofre “hay muchas familias que son muy trabajadoras, pero es un año muy complicado para todos: se ve mucho más la desocupación, no hay trabajo, se agravó todo y estamos sufriendo muchos robos. Hoy ya no se puede colgar la ropa afuera que se la llevan”, relató.
En este contexto, comentó que “hay muchas necesidades, la gente no consigue trabajo y la delincuencia está a flor de piel”. Sumado a esto, aseguró que no cuentan con presencia policial y además se dificulta el traslado para asistencia médica.
Actualmente, agradecen la importante labor comunitaria y la ayuda de los vecinos, junto con otras organizaciones. Para colaborar de alguna forma, pueden comunicarse al número: 376 4 136440.
Lo poco que tienen rinde la mitad por la alta demanda
Desde el comedor y merendero “Manantial de Vida”, ubicado en la chacra 252 de Posadas, Miriam Morales contó a PRIMERA EDICIÓN que cada vez más familias llegan hasta este espacio y los alimentos ahora rinden la mitad: “Antes yo te decía, con un pack de 12 leches yo podía usar en dos veces para hacer una merienda. Hoy uso todo en una, porque la demanda es mucha”.
Asimismo, aseguró que, dependiendo de lo que llega desde Nación a la Provincia, “se nos redujo los insumos. Antes nosotros cocinábamos tres veces a la semana, después nos redujeron a dos y ahora estamos con una”. Gracias a la colaboración de los vecinos y las donaciones “a veces una semana puedo cocinar dos veces, otras veces solo un día”.
Entre las faltas de alimentos, indicó que “legumbres no nos están entregando hace dos meses, solamente arroz y fideos”. Sin embargo, lamentó que en otros comedores y merenderos “algunas compañeras cocineras me dicen ‘por lo menos te dan algo’, porque a ellas directamente nada”. Por esto motivo, la mayoría organiza campañas para recibir donaciones.
Acerca de las familias que llegan a buscar comida, detalló que “tenemos 80 entre almuerzo y merienda”. Con una población tan numerosa, comentó que “eso pasa porque al cerrarse otros comedores, las familias se volcaron todas para acá”.
En cuanto a la posibilidad de recibir más alimentos, afirmó que “nadie te da una respuesta, así que no queda otra que reinventarse y seguir adelante”. De tal forma, siempre están en contacto con otras redes, organismos y agrupaciones que recorren los barrios.
Respecto a la situación social y económica, señaló que, en la mayoría de los barrios de la ciudad como sucede en esta Chacra al oeste de Posadas, “hay mucha pobreza y falta de trabajo”. Más allá de brindar alguna comida, cuando tienen disponibilidad de alimentos, recordó que se ocupan de diversas situaciones del barrio todos los días del año: “Estamos asistiendo a las familias con lo que tenemos, siempre haciendo malabares”.
De las ayudas que brindan, también colaboran con la entrega de ropa y abrigos, tal como sucedió con la llegada del invierno, donde dependen de la solidaridad del prójimo para colaborar con quienes más necesitan. Este tipo de acciones se replican a lo largo del año, por ejemplo, “ahora ya llega el mes de agosto, que el mes del niño y después en octubre arrancamos con el mes de la madre, pero cuando te das cuenta ya es Navidad y seguimos”.
Para colaborar de alguna forma con el comedor y merendero “Manantial de Vida” pueden comunicarse al número: 376 4331056.