Ciertamente, mientras más conectados estamos al amor propio, mejor será la visión para conocer nuestros propios límites y tal vez, así, vislumbrar el límite de los demás.
Ampliar el amor propio no significa expandir los límites, sino más bien definirlos con amor sí, pero rigurosidad también.
¿Cómo cultivar el amor propio? Algunas sugerencias:
–Elegir y realizar actividades cotidianas que no se midan según el grado de productividad, descansar, ejercitarnos, leer, caminar, pasear, visitar amistades.
–Incluir en la medición de nuestra valía aspectos personales ligados a valores intangibles como el amor, la amistad, la calidad de vida, la capacidad de diálogo interno saludable y amoroso, tiempo dedicado al ocio y la contemplación.
-Equilibrar lo que tengo que hacer, con lo que quiero hacer.
–Ver la otra cara de los errores, aprender de ellos en vez de únicamente reprocharnos, regular el grado de autoexigencia, ser comprensivos y permisivos con nosotros mismos y nuestro entorno.
Merecemos querernos y que nos quieran bien.
Finalmente, y como siempre, no desestimar el tiempo en contacto con la naturaleza, comprender que cada componente de la misma solo intenta ser lo mejor que pueda ser, siendo el, ella misma. Y a pesar de que nunca falta un “estafador” como es el caso del Cuco “Cuculus canorus”, tomando lo que no es de ellas o poniendo sus huevos en nidos de otras aves para obtener un cuidado extra, cultivando amor propio, sería posible identificarlas y tomar la mejor de cada situación o simplemente limitar o rechazar aquello que ya no nos identifica.
El Cuco es un ave migratoria que pasa los meses de abril a septiembre en Europa y luego se dirige al África subsahariana y al sudeste asiático para pasar el invierno.
Representa un ejemplo de parasitismo ya que, en lugar de construir su propio nido, deposita sus huevos en los nidos de otras aves más pequeñas. Acaso algunos de nosotros somos tan intrépidos como para exigir el cuidado extra de otros o por el contrario, dejar de lado lo propio para priorizar el cuidado de lo ajeno. Tal vez, conocer y escuchar nuestro propio canto podría ayudar con eso del amor propio…
Anahí Fleck
Magister en Neuropsicología. 0376-154-385152