El obispo de la diócesis de Oberá, Damián Bitar, puso a “la libertad” en el eje de su mensaje a las autoridades y feligreses que compartieron el Tedeum por el 9 de Julio, Día de la Independencia nacional y el 96° aniversario de la fundación de la ciudad.
En lo que pareció a una mención al uso del partido que gobierna el país, aunque sin mencionarlo, el prelado apeló a las figuras de Jesús y al procurador romano, Poncio Pilato, de los cuales aseguró: “Pilato y Jesús no se entienden, o mejor dicho Pilato no entiende a Jesús. ¿Por qué? Porque los dos hablan con los mismos términos, pero se refieren a cosas distintas, casi antagónicas”.
Agregó, antes de entrar en los tiempos actuales, que en la historia de ambos “Cuando Pilato le pregunta a Jesús si es rey, está pensando en el modo de reinado del Emperador Romano; que ejerce su autoridad como dueño absoluto de todo y de todos; cuando Jesús dice que Él es Rey, está pensando desde la profecía de Isaías, acerca del Cordero manso e inocente llevado al matadero que carga sobre sí nuestros pecados y por sus llagas nos cura. Para Pilato ser rey es servirse de los demás; para Jesús ser Rey es servir a los demás y dar la vida en rescate por todos“.
Luego se refirió al proceso de la independencia del reinado de España, que comenzó el 25 de mayo de 1810 con el primer grito de libertad y se terminó de institucionalizar el 9 de julio de 1816 en Tucumán.
“Cada 9 de julio nos convoca la libertad. Y es acá donde parece que la historia se repite, como en el diálogo de Jesús con Pilato. Las mismas palabras, pero con significados antagónicos, que no nos unen, sino que nos enfrentan. El problema es que las palabras no son solo palabras; son realidad, vida, sueños, proyectos, rostros e historias”, sostuvo Bitar ante autoridades como el intendente, Pablo Hassan.
Damián Bitar se quejó de quienes “cooptan” palabras importantes y “las vacían de su sentido más profundo”.
“En algunos momentos de la bicentenaria historia de Argentina, algunas palabras claves y fundantes de nuestra Nación parece que son cooptadas por sectores que ideológicamente las vacían de su sentido más profundo y las convierten en bandera de división y grieta”, indicó.
Repasó el Obispo obereño otros ejemplos como “en un tiempo tan doloroso con la palabra Organización Nacional, pasó también con la palabra Patria y Justicia Social y nos pasa ahora con la palabra Libertad”.
“Es difícil hoy hablar de libertad sin caer en la trampa de la grieta, de ver al otro como adversario. No nos dejemos robar las palabras sagradas que nos hacer ser Pueblo y Nación, que nos remontan a nuestra fuente original y nos proyectan a un futuro siempre esperanzador, a pesar de las dificultades del presente”, pidió Bitar.
En su reclamo agregó: “No nos dejemos ideologizar nuestros símbolos patrios, esos que nos ponen orgullosos de ser argentinos; esos que costaron la vida de tantos hermanos desde los comienzos de la emancipación hasta nuestros héroes caídos en Malvinas. No es lo mismo autonomía que libertad; aunque a veces puedan coincidir. La libertad es una categoría del espíritu, se arraiga en el terreno más recóndito de la existencia, el más íntimo. En cambio, la autonomía tiene un valor instrumental; nace de nuestro deseo de poseer, que muchas veces nos aísla y nos enfrenta a los demás”.
El obispo Bitar no dejó de lado la solidaridad, especialmente en tiempos de crisis socioeconómicas como la actual. Por ello, dijo que “La libertad siempre se reconoce en relación, en vínculo a otros, en una pertenencia más grande a una comunidad, a un nosotros. La libertad siempre supone el don de sí para los demás, supone un proyecto de vida donde entren muchos, donde haya lugar también para los que son excluidos y marginados de múltiples maneras“.
“La autonomía absoluta nos transforma en meros competidores sin rostro; la lógica de la libertad nos hace trabajadores de la cultura del encuentro, de la fraternidad que supone la erradicación de toda injusticia, desigualdad y corrupción“, sentenció el prelado.
Finalmente, el titular de la diócesis de Oberá dijo que “Celebrar este 9 de julio nos pone a todos en el compromiso por ser cada día verdaderamente libres. Debemos educar en y para la libertad. Un pueblo será grande si sus ciudadanos son verdaderamente libres. Pero esa libertad nunca será sin los otros, sin la primacía de la dignidad de toda persona y vida humana, sin el compromiso por el Bien Común; nunca será libertad sin el principio de subsidiariedad del mayor sobre el menor, sin el principio de la participación y sin el compromiso por el cuidado de nuestra Casa Común“.
Y reiteró: “Llenemos de sentido patriótico y cristiano estas palabras sagradas, que no son propiedad de nadie ni de ningún sector; que están llamadas a ser puentes de encuentro y no banderas de división“.