Nuestro cuerpo es una máquina perfecta, se las ingenia para arreglar, compensar y equilibrar los problemas que puedan ir apareciendo.
Nuestro cuerpo es sabio, él sabe, solo tenemos que conectarnos con él y empezar a escucharnos.
Cada vez se usan más medicamentos tratando de tapar dolores y contracturas cuando en realidad tenemos que ocuparnos de nosotros y ver si estamos haciendo gimnasia, si cuidamos nuestro cuerpo y le damos buen tiempo para el descanso.
Aprender a escucharnos es necesario para cuidar nuestra salud.
Pasamos mucho tiempo conectados con el afuera, súper ocupados, a mil, y poco tiempo dejamos para sentir y ver qué es lo que realmente estamos necesitando.
Cualquier momento del día es válido para chequear cómo estamos sintiéndonos, podemos buscar algún lugar tranquilo, alejarnos un poco y hacer un scanner corporal desde los pies a la cabeza, respirando profundamente y sintiendo.
Si sentimos tensión podemos observar qué zona es y tratar de liberar esa tensión mediante ejercicios de estiramientos llevando plena atención a donde duele y con pequeños movimientos ir buscando alivio.
La idea no es hacerlo con fuerza ni tensionando sino buscar posturas cómodas, fáciles y relajadas que -si están en la casa- pueden ayudarse con algún almohadón, donde puedan relajar la zona del cuello por ejemplo y soltar la cabeza. A veces la tensión en el cuello es por estar sentados muchas horas o preocupados por el futuro. También por querer tener el control de todo cuando en realidad no controlamos nada.
Al principio puede costar, pero al ir practicando comenzamos a darnos cuenta cuándo nuestro cuerpo necesita descansar y no seguir exigiéndolo.
A mí me sirven mucho los movimientos circulares de hombros hacia atrás, ya que la zona del plexo solar es donde mayor tensión acumulo. Así, mediante esos movimientos y la respiración abdominal gestiono mejor mis emociones, las siento sin dejar que ellas aniden en mi cuerpo.
Todos podemos ir encontrando nuestra forma. Nuestro ser necesita expresarse y el movimiento es un buen aliado, la idea es ir sintiendo nuestro cuerpo cada vez más relajado, liviano y libre para poder expresar lo que realmente somos. Todos -cuando nuestra mente está tranquila- somos paz y amor.
Bendiciones.
Prof. Paula Vogel
Gimnasia para el Alma.
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