Tras algunas semanas de subas moderadas en todos los rubros del consumo, el mes que está por comenzar volverá a acelerar el Índice de Precios al Consumidor, volviendo a poner en jaque la inercia inflacionaria.
A partir de las decisiones del Poder Ejecutivo nacional, las tarifas de servicios públicos, los combustibles y otros sectores incrementarán sus precios, volviendo a moderar el poder adquisitivo de empresas, trabajadores y jubilados formales e informales.
El riesgo de que el problema se profundice radica en el nuevo cálculo de ajuste que implementará el Ministerio de Economía para las tarifas de gas y electricidad. Meses atrás, cuando el Gobierno planteó subir estos costos, señaló que se aplicaría una fórmula polinómica automática que nunca llegó a ejecutarse y que tenía en cuenta la variación salarial y la inflación minorista (IPC) y la mayorista (IPIM).
Sin embargo, la nueva decisión es ajustar las tarifas teniendo en cuenta la expectativa de inflación futura, según confirmó la Secretaría de Energía. Economía no definió aún cómo se hará ese cálculo, pero conviene tener en cuenta que las proyecciones inflacionarias del mes que viene arrancan en 5%.
En el lote de cosas por subir también figuran las prepagas. Tras la homologación que hizo la Justicia, más de cuarenta tendrán luz verde para subir libremente sus cuotas.
Los combustibles también figuran en la lista de próximos aumentos. Desde el lunes subirán el impuesto a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), según lo dispuesto por el Ministerio de Economía a través del decreto 466/2024. Las compañías trasladarán también al precio final la devaluación mensual de 2% que aplica el Banco Central (BCRA).
Los aumentos previstos para electricidad, gas y combustibles tendrán un impacto directo en toda la cadena de precios.