La investigación por el crimen del dueño de un bar en las afueras de Alba Posse, arrojó novedades en los últimos días. Por la forma en la que fue atacada la víctima, la querella pidió que se considerara un agravante.
La causa es instruida por el Juzgado a cargo del magistrado Pedro Benito Piriz, quien recibió el pedido para que a la calificación de “homicidio simple” que tiene hasta el momento sea considerada la imputación de “homicidio con alevosía”.
En este punto es necesario recordar que Rubén Orlando Ayala (59), no murió apuñalado ni a causa de un disparo de arma de fuego, sino que fue atacado a patadas y se presumía que el autor lo había pisoteado hasta matarlo, en base a los primeros indicios que fueron recabados.
Según las fuentes consultadas por este PRIMERA EDICION, el titular del Juzgado de Instrucción 1 deberá analizar el requerimiento y ponerlo a consideración en base a las pruebas obradas hasta el momento para definir si realiza un cambio en la imputación. Previamente deberá notificar a la defensa del imputado y pedir opinión a la fiscalía.
El pasado 14 de mayo se cumplió un año del homicidio y una de las últimas medidas que hubo en el expediente fue la declaración testimonial de un efectivo policial que realizó una inspección ocular en la escena del crimen.
El caso tiene a una persona que se profugó del lugar y sería relevante su declaración puesto que se lo sindica como el que disparó e hirió en un brazo al acusado del asesinato.
Se trata del hijastro de la víctima ( actualmente de 21 años), quien vivía con él porque tenía una buena relación. Su madre ya no habitaba en el lugar desde hacía tiempo. Estaba en pareja con quien terminaría imputado.
Según las testimoniales recabadas, la mujer de 46 años y ex de Ayala mencionó que fue su hijo el que efectuó el disparo. Esto habría ocurrido porque vio que el acusado golpeaba a Ayala y decidió tomar un arma y dispararle para evitar que continuara haciéndolo.
La situación comenzó en los minutos posteriores a las 20 del día citado anteriormente, en el bar “El momento” del Paraje 9 de Julio.
La expareja de Ayala llegó al local llevada hasta allí por el hombre de entonces 33 años y a bordo de un Jeep.
La mujer ingresó y se desató una discusión con Ayala en la que intervino la pareja actual. Lo que siguió habría sido una pelea en la que Ayala se llevó la peor parte. Sufrió hundimiento de huesos faciales y pérdida de masa encefálica que le provocaron la muerte prácticamente en el acto.
Cuando eso ocurría el agresor recibió un disparo que le dio en el brazo, mientras el tirador huyó llevándose el arma consigo, sin que hasta hoy se conozca su paradero. Efectivos de la UR-XI se desplazaron hasta el hospital, donde quedó con custodia policial.
Secuestraron un pantalón y zapatos con presuntas manchas de sangre, las cuales fueron peritadas. Esas manchas corresponderían a la sangre de Ayala, las cuales quedaron impregnadas tras el presunto ataque, según lo que se sabe.