El juez de Instrucción 6, Ricardo Walter Balor, decidió ayer postergar la declaración de la adolescente de 17 años que hace trece días denunció a un funcionario político de haberla violado y amenazado de muerte para que callara. La audiencia de ayer se pospuso hasta tanto la menor sea entrevistada por peritos del Cuerpo Médico Forense quienes determinarán su estado de salud para enfrentar la ratificación de lo que ya relató en la fiscalía de René Germán Casals.
La defensa de la menor aguarda que el juez la admita como querellante en la instrucción de la causa. Mientras se espera esta resolución, hoy declararía la madre de la víctima de los abusos y las amenazas de muerte. Quien podría ampliar la acusación ante presuntos actos de amedrentamiento que habría sufrido durante los días posteriores a la presentación en la Fiscalía 6.
La orden de Balor es seguida de la que tomó el lunes de no indagar al acusado y supeditarlo a que pueda defenderse luego que la víctima culmine con el trámite que se dilató ayer por la mañana cuando se presentó acompañada por su abogado al Juzgado de la calle Buenos Aires, casi avenida Roque Sáenz Peña.
El viernes 17 de mayo la denuncia fue presentada ante el fiscal de turno mencionado. Y vale recordar como lo publicó PRIMERA EDICIÓN el domingo pasado, que por la gravedad de lo expuesto, Casals le solicitó la detención al juez Balor, pero la respuesta fue solamente una restricción de acercamiento para el apuntado con la víctima y la citación a notificar su abogado y la presunta imputación.
El denunciado es un funcionario público, de 40 años y esposo de una jueza de faltas de Posadas. Pero también tiene marcada participación en el ambiente deportivo de la provincia, principalmente ligado a la dirigencia del futsal.
Denuncia vigente
La adolescente denunciante relató con precisión de fechas, protagonistas y lugares, los delitos contra su integridad sexual y vida que sufrió.
Fue abusada con acceso carnal, golpeada y amedrentada para que callara y hasta habría intentado suicidarse aterrorizada. Los hechos habrían ocurrido entre el invierno y el verano de 2022.
Del relato al que este Diario tuvo acceso exclusivo, se destacaron algunos tramos: “Yo trabajaba en la casa cuidando al hijo. Yo quise hacer la denuncia porque él (acusado) cada vez que me quería llevar a mi casa, me acariciaba el pelo y yo le decía que a mí no me gustaba que me tocaran en pelo, le pedía por favor que no lo hiciera. Pero él se reía y decía que no pasaba nada y en vez de llevarme a mi casa tomaba otro camino”.
“Paraba y me empezaba a hablar de sexo y a preguntarme si yo quería perder la virginidad. Yo le respondía que por favor me llevara a mi casa, que no me sentía cómoda y que me quería ir”. “Empezó a besarme el cuello, yo le pedía por favor que dejara, que parara de hacerlo y lo empujé. Le dije que si me seguía tocando le iba a contar a mi mamá y papá. Ahí me dijo que yo no iba a decir nada y que si lo hacía no me iban a encontrar”.
“Le dije a mi mamá que no quería volver a trabajar, que no me sentía bien. No fui por una semana, hasta un martes que volví y estaba la esposa. Ella me preguntó si yo podía quedarme con el nene porque ella iba a salir. Yo comencé a jugar con el hijo y él (acusado) salió de la pieza y aprovechó que no estaba la mujer, me agarró de la muñeca y al hijo lo sacó afuera de la habitación”.
“Me obligaba a besarlo y comencé a gritar y como en la parte de abajo de la casa había gente, justo subió la pastora G. porque escuchó los gritos y preguntó además qué pasaba porque el niño estaba afuera”.
“Él le respondió que no sabía, porque estaba adentro de la pieza y salió a ver qué pasaba. Después dijo que el hijo salió a jugar afuera”. “Luego vino mi tía, la esposa de él (acusado). Ya era de noche y él me tenía que volver a llevar a mi casa”.
“Comenzó a manosearme de nuevo y me forzaba a que le hiciera sexo oral y le mordí la pierna para frenarlo pero me agarró del pelo y comenzó a pegarme. De una cachetada me rompió la boca y me amenazó que no me iban a encontrar viva si le contaba a mis padres. Me amenazó a que dijera que el golpe en la boca fue jugando con el hijo”.
“Después de ese hecho, falté dos semanas al trabajo y comencé a cortarme la mano intentando suicidarme”. “No dije nada por miedo, volví al trabajo y en la casa me violó. El hijo estaba dormido, la esposa no estaba en la casa y el me agarró del cabello y me arrastró hasta la pieza de él”.
“Tenía una soga arriba de la cama, me ató los pies y yo comencé a gritar y él me repetía que nadie me iba a escuchar porque no había nadie cerca. Me bajó el pantalón y me metió un palo en el ano y el pito en la vagina. Sacaba el pene y me lo pasaba por la cara”.
Recordó también: “Una vez yo estaba jugando en el piso con el hijo y GM me levantó el buzo. El niño gritó: ‘Ma, papi le levantó el abrigo a L.’ y el papá le pegó al hijo. Le gritó: ‘No digas pavadas’. La mamá escuchó y dijo que me dejaran tranquila que estaba trabajando”.
“Cuando comenzaron los manoseos hacía frío recuerdo, cuando me violó ya hacía calor”, se resalta en la presentación judicial. “Me decía que si yo contaba además le iban a sacar la casa a mi madre y a mi padre lo iban a echar del trabajo. Y me repetía que a mí me iba a hacer desaparecer y me iban a encontrar muerta tirada por ahí”.