Todo se inició cuando Laura Adelaida Porfilio de Mutinelli, esposa de Arturo, hijo del gran benefactor, Don Víctor Mutinelli, decidió sembrar lo que su formación en el colegio salesiano de Buenos Aires, le pedía: propagar la devoción a María Auxiliadora.
Viviendo aquí, la señora Mutinelli trajo una bella imagen de la Virgen y decidió erigir una capilla en su honor en un terreno céntrico (Gallardo y Rivadavia) que su suegro donó para tal fin. Es así que, organizó una comisión pro-templo, para reunir fondos y pagar el costo de la obra.
Ella, como presidenta del grupo, consiguió aportes de diversa índole, provenientes de reconocidas familias de Posadas y de la feligresía de Garupá, que se vislumbraba pujante y trabajadora.
La edificación se inició en 1933 y se inauguró el 24 de mayo de 1935.
Ya no están aquellos que la iniciaron, pero, así como ellos, fieles a María, bajo la advocación de Auxiliadora de los cristianos, hay quienes no escatiman esfuerzos para festejarla y para decirle gracias. Son la semilla que plantaron los primeros pobladores, y son también cultivadores de las próximas generaciones. Hasta el 23 se extenderá la novena y rezo del Santo Rosario a las 18, seguido de la Santa Misa.
El núcleo de pobladores en torno a la capilla creció y en 1952, debió ampliarse el edificio, con campanario y todo. La bendición de la Patrona de Garupá dio frutos abundantes, la labor evangelizadora de los sacerdotes que pasaron por su altar, más la de los servidores en las tareas pastorales, convirtió la capilla, luego de las nuevas remodelaciones en los períodos 80-90 y hasta la actualidad, en un gran y bello templo.
Hoy cuenta con dos diáconos garupaenses además de otros, que siendo jóvenes misionaron en Garupá y sintieron el llamado a su vocación religiosa ante la tierna mirada de María Auxiliadora.
Muchas procesiones la tuvieron en andas, pero ella, al igual que los que la levantaban sufrieron el desgaste de los años. Ahora, ya no sale, está preservada en un receptáculo vidriado, sobre un pedestal de mármol en el recinto que la cobija desde el principio.
La imagen es una réplica de la inspirada a San Juan Bosco, por la Virgen, para la Basílica de Turín, Italia. Mide 1,50 metros y lleva en la mano derecha, el cetro, que el símbolo de la monarquía, reina y madre de la iglesia.
El brazo izquierdo sostiene al Niño Jesús que, a su vez, tiene sus bracitos extendidos, como el rey que acoge. Los atuendos de María y del Niño, son inspirados en la ropa de los monarcas de la Edad Media, con ornatos dorados, signos de la divinidad.
El color azul-celeste del manto o capa, que no cubre la cabeza de la virgen que luce su larga cabellera, representa a la realeza traducida en servicio, trabajo y señorío.
El rosado (o degradación del color púrpura) de la túnica, simboliza las alegrías venideras, o sea, después del morado de la Semana Santa.
Ambos portan coronas doradas sobre sus cabezas, refiriendo al reinado sobre la iglesia y la humanidad.
El 24 habrá misa a las 6. A las 8 se servirá una chocolatada para los niños. A las 10 habrá misa para pedir por la salud; a las 12, feria de comidas y venta de asadores de carne vacuna, galetos de pollo, empanadas de carne vacuna, platos dulces y pastelitos. De 14 a 16, habrá jornada de expresión artística para los niños. La misa central será a las 18, previa procesión por las calles de Garupá, llevando la bendición a la ciudad. De 21 hasta la medianoche, baile tradicional (en el polideportivo La Pista), en homenaje a la Patrona de Garupá.